Ixmiquilpan.- Como consecuencia de la pandemia, necesariamente fue modificado el programa de actividades para el 250 Aniversario de la llegada del Señor de Jalpan a tierras ixmiquilpenses, cuyas celebraciones se realizarán de manera simbólica mediante las redes sociales y otras opciones digitales.
Según antecedentes, el 14 de agosto de 1770, dicha imagen de Cristo Crucificado llegó a la comunidad ixmiquilpense de Tlazintla, actualmente identificada como barrio de El Carmen; procedía de la entonces próspera Hacienda de Xalpa, que se ubicaba en Huehuetoca, Estado de México. El traslado fue realizado por petición de las autoridades eclesiásticas de la época.
Pues, el Comité de Organización de dichas celebraciones religiosas dio a conocer que fueron retomados los preparativos de las actividades conmemorativas de aquel suceso, mismas que se desarrollarán durante agosto y septiembre próximos, pero se realizarán de manera diferente a las tradiciones, pues así lo demandan los escenarios actuales de la salud pública.
Por tanto, las celebraciones pagano-religiosas serán trasmitidas por las redes sociales, con la finalidad de mantener informada a la comunidad católica y hacerla partícipe de esa tradición, en la que año tras año tomaba parte la gran mayoría de los habitantes de las comunidades indígenas y rurales de Ixmiquilpan, así como de otros puntos del Valle del Mezquital.
“Iniciamos y ponemos en manos de Dios los preparativos de cómo llevar a cabo las festividades en honor a nuestro venerado Señor de Jalpan, que el próximo mes de agosto cumplirá 250 años de haber llegado a esta tierra para bendecirnos y cuidarnos como padre amoroso”, señalaron los integrantes del Comité de Organización para esos motivos.
Extraoficialmente se supo que en aquel periodo de festividades sí se realizarán algunas misas o celebraciones eucarísticas con presencia de feligreses, dentro del ex convento de San Miguel Arcángel, pero que se cuidará de no rebasar el 30 por ciento de la capacidad de ese recinto, en atención a las medidas sanitarias contra la pandemia.
Por Arturo G. Alanis