Miguel Á. Martínez. Tula de Allende.- Para determinar los efectos en la salud de la población de esta región por los altos niveles de contaminación de aire, tierra y agua al menos 20 muestras de sangre se tomaron a vecinos de distintas localidades de Tula, Atitalaquia y Atotonilco de Tula.
Los residentes a quienes se aplican los análisis están avecindados en la ribera del río Tula o próximos a ella por parte de investigadores de toxicología de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT) y tuvieron como objeto la detección de anomalías en el líquido hemático a partir de la sobreexposición a los agentes contaminantes.
Las pruebas fueron realizadas a habitantes de distintas comunidades, para evitar que se pueda descartar una focalización específica de los padecimientos en dado caso de que se detectaran.
Otro de los objetivos es detectar metales pesados en la sangre de los habitantes de la zona de estudio, a partir del consumo de cárnicos de las especies animales que se consumen en este polígono. Los análisis, explicó la doctora Brisa Carrasco Gallegos, forman parte de un estudio integral de la contaminación que persiste en la región Tula – Tepeji.
El cual está a cargo de científicos de cinco universidades situadas en el centro del país, como la Nacional Autónoma de México o la Autónoma del Estado de México (UNAM y UAEM), respectivamente. La experta indicó que, globalmente, no sólo se están tomando en cuenta los contaminantes del río, sino otras fuentes de contaminación como parques industriales, caleras y cementeras, aunque por la gravedad, se empezó con las aguas negras de Tula.