Jesús Sánchez
El tiempo pasa volando y las elecciones presidenciales de 2024 no están la
vuelta de la esquina, pero tampoco falta mucho.
En un año cuando terminen las votaciones del Estado de México y Coahuila
estaremos hablando mañana, tarde y noche del sustitut@ de AMLO.
No hay misterio, lo que está por definirse es la continuidad del modelo 4T o
la alternancia. Solo hay de dos sopas.
Y créalo, los comicios de 2024 no serán muy diferentes a muchos procesos
que hemos vivido.
En Morena, por ejemplo, el juego de las corcholatas es una variación del
tapado y sube de tono en proporción directa a la falta de arrastre de los
suspirantes.
Las campañas bajo el agua que realizan los suspirantes, son lo más cercano a
una parodia de Los juegos del hambre porque se dicen amigos, camaradas,
compañeros de la transformación, pero están dispuestos a destruir al
contrario, al costo que sea, para no quedar fuera.
Aunque saben, claro, que él o la candidate presidencial de la 4T (para ser
inclusivos) será aquel que elija el divino dedo de #YSQ. O como dirían los
franceses: c´est la même chose.
Como sea cada vez hay más certeza de que la competencia por la
presidencial la definirán dos bloques: El de #YSQ a través de Morena y sus
satélites y el del PAN, PRI, PRD y posiblemente el MC.
Por ahora no hay candidatos definidos, el juego está sobre y debajo de la
mesa.
De lo que podemos estar seguros es que el candidato de Morena para 2024
sigue la línea de una muy elaborada estrategia diseñada desde Palacio, la
TvsT, o sea, todos contra todos.
Corcholatazos
El juego es el mismo de siempre, solo cambian los protagonistas. Doña
Claudia y al carnal Marcelo se están dando con todo. Y si entre ellos no
pueden verse ni en pintura, menos a la competencia interna que representan
Ricardo Monreal y Adán López.
El coro de ¡pre-si-den-te!, ¡pre-si-den-te! produce un efecto muy parecido a
una experiencia espiritual, casi divina. Y si ganan se quedan flotando seis
años.
Pero cuidado con olvidar que el poder es como el calor, a los inteligentes los
atonta y a los tontos los… enloquece.
Ya para que los promotores de Claudia le griten a Marcelo que es un
neoliberal, calienta. En cambio, los seguidores del carnal Marcelo no se
tientan el corazón para recordarle a doña Claudia, que nomás no despega.
En el Senado hace tiempo que se siente la mano pachona. El pretexto es la
sustitución de Olga Sánchez Cordero de la presidencia de la mesa directiva,
que se definirá entre José Narro y Alejandro Armenta, ha desatado otra
guerra intestina entre el grupo de Sheinbaum y el de Ricardo Monreal.
Todo mundo sabe que José Narro representa al grupo de la consentida,
liderado por Martí Batres y sus rudos muchachos entre los que se incluye a
César Cravioto, Ovidio Peralta y doña Citlalli. Todavía no definen nada y ya
comenzaron a repartirse el pastel, incluida el área de comunicación social,
todo quieren.
Monreal también mueve sus piezas y como pudo logró que le cantaron esa
de ¡pre-si-den-te! ¡pre-si-den-te! El zacatecano bien sabe que en un descuido
el ala ruda de la 4T lo mandaría a jalar changos de la cola.
Las cosas están tan bizarras que nadie duda que los morenistas podrían
acusar de traidores a la patria a otros morenistas.
Es más, ya se habla de prospectos para ocupar la presidencia de Morena
después de despedir a Mario Delgado. Tome nota: Rafael Espino de la Peña y
Bertha Luján.
Ah, por cierto, la corcholata del Palacio de Cobián se mueve en el low profile,
solo espera que los otros se acaben entre sí.
La pregunta es si veremos o no a AMLO en la boleta electoral.
Aunque no esté está, porque si bien Morena no tiene el arrastre del
presidente, #YSQ sigue en campaña con un objetivo, impulsar la continuidad
de su mandato.
Pero 2024 no será igual que 2018. Y lo sabe.
¿Y la oposición, apá?
El candidato de la oposición será pluripartidista, eso creemos, porque de otra
manera estaría condenado a desaparecer en un hoyo negro.
Quizás lo más importante es que el candidato opositor represente a los
segmentos sociales que apuestan no a la continuidad sino a la alternancia en
el poder.
La cuestión es que los partidos asuman que están obligados a integrarse a un
proyecto común de políticas públicas que permita al país superar el
estancamiento económico, restablezca la inversión productiva y que resuelva
los delicados temas de la inseguridad.
Sobre todo, que la sociedad deje de vivir bajo la presión permanente de la
confrontación, los insultos, el odio y la venganza.
Hoy tenemos una oposición partidista reactiva, no tan propositiva como hace
falta. Es la sociedad civil la que fija la pauta y si los partidos la pierden en el
camino, seguirán extraviados en la dimensión desconocida.
El mayor peso lo llevará no una persona sino un proyecto. Pero aún no se ve
claro.
Columnómetro de Aquiles Baeza.
1.- Los rencorosos de Palacio.
La decisión de otorgarle al gran arqueólogo mexicano, doctor Eduardo Matos
Moctezuma, el galardón Princesa de Asturias, es motivo de orgullo nacional.
Aunque extrañamente no lo sea para todos.
Que el silencio sea la respuesta desde Palacio Nacional no es sorpresa, pero
es desafortunado, lamentable, pues exhibe la corta visión de un gobernante.
Pero eso no obsta para que conste que muchos mexicanos estamos de fiesta,
pues es como si nos hubieran otorgado el Nobel de Arqueología.
Aplausos a don Eduardo Matos y a su chalán, don @LeoLopezLuján
2.- Que le pasó a Juan Ramón de la Fuente, sabe de los ataques contra la
UNAM y se queda callado. ¿Será que la diplomacia de la 4T lo hizo bipolar?
3.- Para qué médicos cubanos si tenemos los mejores que son mexicanos.
4.- Abelardo Martín es uno de esos periodistas que conjugan don cualidades,
ser profesional y no marearse en la tablita del poder y estas le han permitido
desempeñarse en el ámbito de la comunicación sin filias ni fobias. En el
Senado ha cumplido sus metas, a pesar de los tiempos difíciles. Lo demás es
grilla barata.
5.- Si 20 años no son nada, 40 años, menos. Un abrazo a todos los que
formaron parte de la generación 1976-1982 de la carrera de Periodismo y
Comunicación Colectiva de la ENEP-Acatlán (hoy FES-Acatlán). Somos
orgullosamente UNAM.