Alberto Witvrun.-La interrupción temprana del embarazo concentra la atención de amplios sectores de la sociedad en pro y en contra, a pesar de que en los foros se insistió en que la salud de la mujer no es solo el aborto, como sea hoy el balón está en la cancha de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) con lo que ello significa, ya que la aprobación o desaprobación por parte de la fracción parlamentaria mayoritaria en el Congreso local, tendrá un efecto electoral en 2020.
Las iglesias y los grupos religiosos que están en contra de no conseguir su objetivo emprenderán una intensa campaña en contra de Morena y sus candidatos en las próximas elecciones y en sus oficios insistirán a sus feligreses que no voten por ellos lo que puede ayudar a los partidos conservadores y moderados sobre ese tema, más si sus representantes votan en contra o se abstienen.
Las presiones más allá de la marcha llamada a favor de la vida, quedan de manifiesto con la carta del Obispo de la Congregación de los Siervos Reparadores del Divino Corazón, Noé Díaz Vieyra, quien envió una carta a los legisladores locales, para que rechacen la iniciativa para que sea legal la interrupción temprana del embarazo por considerar la Iglesia, esto como un crimen.
Por esto se entiende que en una maniobra que violenta la procelidad legislativa la Secretaría de Servicios Legislativos, sea por error o no, envío la iniciativa de despenalización del aborto a tres comisiones permanentes cuando solo la debió enviar solo a la de Seguridad Ciudadana y Justicia, lo que generó que se dilate en llegar esta propuesta al pleno de la 64 Legislatura local.
Esto da un respiro a la bancada morenista, pero más temprano que tarde la tendrán que subir a la consideración del pleno y los grupos a favor del aborto, no les darán más votos en las urnas en cambio los otros lo contras, emprenderán campañas duras tanto en calles como en el púlpito, que le pueden afectar electoralmente a Morena.