Alberto Witvrun.-A un año del Viernes Negro que costó la visa a 137 personas que “sacan” gasolina de un derrame provocado por una fuga clandestina, se anunciaron 75 millones de pesos para reactivar la economía local, en medio del dolor que aún invade a las familias de las víctimas y mientras se mantiene la polémica sobre el caso, porque quienes perecieron cometían un ilícito y no hay ningún responsable enfrentando un proceso penal.
Mientras en San Primitivo, Tlahuelilpan, también se levantará un memorial como en La Mora, Sonora donde la delincuencia masacró a mujeres y niños de las familias LeBaron y Langford, en tanto el presidente municipal Juan Pedro Cruz Frías, que hace unos meses cuestionó a los diputados federales por no hacer nada, hoy es acusado de querer sacar provecho de la tragedia, lo cierto es que a pesar de lo que digan las autoridades el Huachicol sigue activo en la zona.
Este aniversario luctuoso sirvió para discursos contra el pasado y promesas de cambio, pero un amplio sector de esa región se pregunta cuándo habrá castigo para los culpables, incluso un auto critico funcionario federal, militante de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) confió a este columnista: “al paso que vamos a llenar de memoriales todo el país y reconoció que a un año de que el combate al Huachicol ocupó los titulares por esta tragedia y el desabasto, “no hay nadie en la cárcel”.
En este escenario la polémica continuará, porque no hay resultados efectivos de la investigación y el presidente, solo precisó que Hidalgo es el estado donde más tomas clandestinas existen, lo que se entiende si se considera cuantos kilómetros de ductos de hidrocarburos cruzan su territorio, pero entonces donde está la estrategia de la Guardia Nacional y del Ejército Mexicano para combatirlo.
Ahora a los habitantes de San Primitivo y en general de Tlahuelilpan, no les queda más que esperar que lleguen los recursos por 75 millones de pesos, para activar su maltrecha economía, que para ellos fue lo que hizo que las víctimas del Viernes Negro fueran por gasolina a la toma clandestina para ganarse unos pesos y ayudar a su deteriorada economía.