Alberto Witvrun.- Registro la presencia de Onésimo Serrano González en la administración pública en el gobierno municipal de Pachuca de Ernesto Gil Elorduy, era todavía estudiante de la
licenciatura en Derecho de la Universidad Autónoma de Hidalgo (UAH), teóricamente
siguiendo los pasos de su padre un destacado abogado hidalguense, pero lo atrapó la
política al continuar con su entonces jefe cuando este fue llamado a la Secretaría General
de Gobierno por el gobernador Adolfo Lugo Verduzco en 1987.
Desde entonces ocupó una decena de cargos en las administraciones públicas estatal y
federal, además de encargos políticos uno relevante fue secretario general de la Liga de
Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos filial de la Confederación Nacional
Campesina (CNC), donde le regresó la importancia al sector campesino dentro del régimen
priista.
Más adelante como diputado local, fue el legislador promovente de la legislación vigente
en materia de protección al ejercicio profesional del periodismo y de defensores de
derechos humanos, que hoy pretende ser sustituida por una iniciativa sin pies ni cabeza
de la diputad Tania Meza Escorza, que debió tomar esa experiencia que requirió de la
participación seria de personas periodistas y especialistas en la materia.
Alguna vez en un grupo de análisis político, le dije que su pecado como político era ser
priista, porque no lo parecía; tenía una visión critica del sistema político mexicano y de los
gobiernos de los que formó parte; no fue el único, él y otros militantes fueron “rasurados”
del padrón del Revolucionario Institucional (PRI) como parte de la AntroPRifagia.
La “depuración” del padrón priista se efectuó por el grupo de Carolina Viggiano, que
recién acusó que quienes fueron operadores tricolores, hoy están en Movimiento de
Regeneración Nacional (Morena), cuando ella los “corrió”, ahora en el nuevo partido en el
poder Onésimo Serrano, puede, no sin vicisitudes y obstáculos continuar su carrera
política, porque este instituto político tiene escasez de operadores.
