Alberto Witvrun.- Con Juan Pedro Sol la Lande Tardan conocí un París diferente, recorrimos museos, Sorbonne Université, calles, callejones, barrios como el de la catedral de La Madelaine y las entrañas parisinas en los últimos niveles del Metro de la Ciudad Luz a donde pocos que no son parisinos se atreven a viajar, navegamos por el Sena y visitamos Quartier Latin, experiencia inolvidable que me acercó aún más al genial caricaturista Pedro Sol.
Curiosamente a él lo conocí en persona en Santa María Tecajete al asistir al cumpleaños de un buen amigo José Ramírez, porque Pedro Sol estaba casado con Patricia Ramírez, avezada reportera que alguna vez formó parte de la plantilla de La Jornada, cuando este periódico era vanguardia, hermana de Pepe, ambos hijos del personaje popular Patricio Ramírez El Caporal.
Teníamos la misma camiseta puesta la de El Financiero, fundado por +Rogelio Cárdenas Sarmiento y dirigido editorialmente por Alejandro Ramos Esquivel, a donde llegue como corresponsal en Hidalgo gracias al excelente periodista Rodolfo Guzmán “El Negro”, desde luego que Pedro Sol ya tenía un espacio, un nombre y el cariño de quienes laboraban en El Financiero de los ochentas lleno de buenos reporteros y plumas reconocidas.
Nuestro encuentro en París, fue casual a la entrada del Lido, él viajaba con Alejandro Ramos, yo con Luis Kaim, Roberto Ramos, Rafael Medina y Carlos Camacho, lo que se convirtió en una experiencia inolvidable porque Pedro Sol por sus orígenes había vivido parte de su juventud en la capital francesa y la conocía como la palma de su mano, por lo que siempre generoso nos la compartió.
Pedro Sol además de talentoso fue un hombre bueno con un particular estilo de hacer reír con sus caricaturas respetuosamente críticas, fue uno de los fundadores del Museo de la Caricatura, editó tres libros y publicó por muchos años en El Financiero, también en La Crónica y El Sol de México; dejando un importante legado al periodismo mexicano.
