Andrés A. Solis*
Finalmente arrancaron las campañas el pasado 1 de marzo y si, nada distinto,
nada que no hayamos visto antes, nada creativo ni innovador.
Los mismos discursos triunfalistas y las mismas descalificaciones a su oponente.
Los mismos acarreos y griteríos en las plazas públicas.
Eso sí, las coaliciones que postulan a Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez han
mostrado que por lana no paran y traen impresionantes equipos de producción
audiovisual para transmitir en vivo sus eventos. Cámaras de televisión profesional
por todas, grúas, drones y cabinas de transmisión de streaming para que sus
eventos se difundan a través de plataformas sociodigitales… de que hay lana, hay
lana.
A ver si la autoridad recibe puntualmente los informes de este enorme gasto con
cargo al erario público que, al menos, es menos contaminante que la publicidad
exterior.
Pero así como no han cambiado las formas de hacer política, tampoco cambió la
manera de hacer periodismo en tiempos electorales.
En estos primeros días de actos proselitistas (ni una semana), los medios siguen
haciendo lo mismo. La mera transcripción de los discursos de cada aspirante; las
mismas “notas de color” destacando el ambiente de los actos proselitistas, las
mismas notas que buscan el error, la pifia en el discurso para destacarlo como
noticioso.
Lo vimos cuando magnificaron ese error involuntario de Claudia Sheinbaum
cuando dijo: “que siga la corrup…. La transformación”.
Lo vimos cuando Xóchitl Gálvez firmó con su propia sangre. Parafernalia pura.
Lo que no hemos visto en la prensa, la radio, la televisión ni en Internet es el
contraste de las propuestas, las preguntas de cómo le harán para cumplir esas
promesas que comienzan a salir.
Xóchitl promete duplicar el número de integrantes de la Guardia Nacional, pero no
dice cómo, como tampoco dice de dónde saldrá la lana para que cada policía de
este país gane al menos 20 mil pesos mensuales.
Claudia promete crear cientos de preparatorias, pero no dice de dónde saldrá el
dinero para la construcción y equipamiento y sobre todo, para la contratación de la
planta docente, cuando, dicho sea de paso, desde 2021 las Universidades del
Bienestar Benito Juárez han despedido injustificadamente a decenas de docentes.
Y a Álvarez Maýnez lo han borrado deliberadamente estos mismos medios que
reclaman transparencia y democracia, pero no atinan a cumplir el principio
deontológico de equidad en la cobertura. Basta ver las primeras planas de los
diarios.
PD. Sobre la muerte de siete militares en las playas de Ensenada, Baja California.
Pobres medios que tienen periodistas que reclaman “¿qué hacían militares en la
playa en vez de marinos?”; pobres medios que tienen periodistas que ignoran que
las playas y los mares no son exclusivos de la Armada y que militares e
integrantes de la Guardia Nacional deben aprender a trabajar en cualquier terreno,
bajo cualquier condición. Claro, eso no justifica la irresponsabilidad de los mandos
que de manera imprudente pensaron que esta era una buena actividad de
entrenamiento.
*Periodista, autor del “Manual de Autoprotección para Periodistas” y de la “Guía de
buenas prácticas para la cobertura informativa sobre violencia”. Conduce el
programa “Periodismo Hoy” que se transmite los martes a las 13:05 hrs., por
Radio Educación.