Alberto Witvrun.- La reclusión de cuatro presidentes municipales, uno prófugo, el apego al criterio de
oportunidad de tres, la vinculación de dos; la denuncia contra dos más y las carpetas abiertas por la Auditoria Superior del Estado (ASEH) a un par más y la detención del ex subsecretario de Finanzas de la Secretaría de Educación (SEPH) Pablo M.C. y del ex Oficial Mayor Martiniano V.O. y uno de sus colaboradores. A lo que hay que agregar las fichas rojas contra el ex Contralor César M.V. y del ex secretario de Educación Atilano R.P. complican la salida del llamado Golden Boy del
gobierno estatal que está con las ganas de ir apoyar en sus aspiraciones presidenciales a Marcelo Ebrard Casaubón, pero no lo puede hacer hasta que por lo menos la mitad de los
implicados en casos de corrupción reciban la sentencia de un juez.
Santiago Nieto Castillo llegó a Hidalgo con cartas credenciales sobresalientes por su paso en la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) que impactó en Hidalgo por el bloqueo de los
151 millones de dólares a la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) y el proceso que se le sigue al jefe político del grupo que controla esa institución desde 1982
por operaciones con recursos de procedencia ilícita y delincuencia organizada.
Con ello el gobernador Julio Menchaca Salazar envió un mensaje de que la lucha contra la corrupción no sólo era una bandera política y que no se quedaría en una oferta de
campaña y Nieto Castillo encontró en el Contralor Álvaro Bardales Ramírez el mejor aliado para esta tarea en la que el mandatario estatal tiene particular empeño para dejar una
marca diferente en su administración que esta a dos semanas de cumplir su primer año.
Por eso Santiago Nieto no puede irse con la tarea inacabada, menos cuando no ha ingresado al Congreso local la iniciativa para sustituir a la Procuraduría General de Justicia
del Estado de Hidalgo (PGJEH) por la Fiscalía General que se ha visto detenida por el deterioro interno de actores y factores debido a cuestiones políticas y politiquerías.