Miguel Á. Martínez. Tula de Allende.- Integrantes de la Red de Consciencia Ambiental Queremos Vivir condenaron que Tula siga sin servicios de salud en la cabecera municipal, aún y cuando sus habitantes viven diariamente en un infierno ambiental, rodeados todavía de químicos dejados por el agua negra del río Tula, tras la inundación de septiembre de 2021.
Angélica Violeta Arellano Ángeles, secretaria del colectivo, reprochó a las autoridades el hecho de que, a más de un año y siete meses de la anegación, los tulenses aún sigan sin servicio médico de ningún tipo, puesto que el hospital de zona 5 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), y el centro de salud de la cabecera siguen en ruinas, exactamente como quedaron después del siniestro.
Dijo que el pasado lunes, afortunadamente, a través de la diputada del distrito de Tepeji, Tania Valdez Cuéllar, el tema volvió a ponerse en la agenda del Congreso, ya que parecía estar en el limbo, pero dijo que hasta ahora no han tenido una respuesta.
Sostuvo que Tula, como municipio más grande de la región y que está altamente industrializado, debe contar por lo menos con una clínica de emergencias para atender a los pacientes realmente graves, cuyas atenciones son catalogadas en color amarillo o rojo, a los que se les tiene que canalizar en 10 o 3 minutos por las complicaciones de sus padecimientos.
Indicó que la intención del IMSS es convertir el viejo hospital de zona 5 en un parque lineal, dado que la reposición del mismo, por decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador, se construye en Doxey, Tlaxcoapan, pero lamentó que no se necesitan centros de esparcimiento, sino atención a la salud.