Close Menu
Diario Vía Libre
    Facebook X (Twitter) Instagram
    Últimas NoticiaS
    • Denuncia penal contra Percy;retuvo 77 millones de pesos
    • Luis Quiñones ya entrena con Pachuca, quinto refuerzo confirmado
    • Alan Hernández, llamado rumbo al Mundial de Béisbol 5
    • “Pillo” Paredes y Leo Palma refuerzan al Bialini Gomola Hygge
    • Urge reconstrucción de bordos del río Tula
    • Central en Ixmiquilpan a largo plazo, dice AVM
    • Exige regidora cuentas de finanzas y obras de Cardonal
    • Acaxochitlán y Huauchinango Rutas vino, Montaña y Flores
    Diario Vía Libre
    Suscribete
    jueves, julio 3
    • Inicio
    • Estatal
    • Política
    • Sociedad
    • Deportes
    • Seguridad
    • Columnistas
      • Deslinde
      • El rincón del chaman
      • Miradas de Reportero
      • Escribiendo derecho
      • Entre Periodistas
    Diario Vía Libre
    Estás leyendo:Home»Miradas de Reportero»Periodismo hiperlocal y Empresas no lucrativas para conseguir más empatía social y evitar asesinatos de colegas en los estados

    Periodismo hiperlocal y Empresas no lucrativas para conseguir más empatía social y evitar asesinatos de colegas en los estados

    2 octubre, 2022 Miradas de Reportero
    Facebook Twitter LinkedIn Email WhatsApp Copy Link Telegram
    Facebook Twitter LinkedIn WhatsApp Email Telegram Copy Link

    Por Rogelio Hernández López

    Entre periodistas mexicanos crece cada día la sensación de frustración e impotencia tras cada agravio
    o asesinato, sobre todo contra colegas en los estados, que son los más castigados. Y nosotros, como
    periodistas, sí podemos aportar otras vías para ir frenando lo violento de este ciclo. Pero la maduración
    de estas vías requiere del apoyo social y gubernamental– insistí a dos funcionarios del gobierno federal
    que preparan la propuesta de una nueva ley de protección. Escucharon con interés el resumen.
    El punto de partida es que las y los periodistas debemos aceptar que, entre nuestras muchas
    vulnerabilidades, la mayor es contar con muy poca simpatía de la gente común, tener un débil
    reconocimiento de la sociedad a nuestra función, que por esencia es de interés público. Un reflejo de ello
    es nuestra soledad cuando unos pocos salimos a protestar en cada asesinato de colegas.
    Por eso las y los periodistas, preocupados por nuestra seguridad y nuestra profesión, tenemos que
    conseguir que muchas más personas sientan cercanía y confianza con quienes son profesionales de la
    información. De los modos para lograrlo hay ejemplos prácticos en casi todos los estados:
    Para la cercanía hay colegas que logran públicos nuevos y amplios al hacer periodismo hiperlocal, con
    los asuntos que interesan directamente a la gente porque son de su entorno cercano e intereses directos.
    Esto lo que hacen muy poco los grandes medios.
    Para elevar la confianza, la otra vía es consolidar legal y económicamente a cientos, quizá miles de
    empresas pequeñas de servicios informativos dándoles un carácter no lucrativo y que acepten normarse
    con códigos de ética supervisados.
    Los más sufrientes
    Si alguien dudará de los flagelos que padecen colegas periodistas de los estados, ahora se pueden ver
    noticias casi diariamente:
    El 26 de septiembre se reportó oficialmente como desaparecido, desde seis días antes, al periodista
    Roberto Carlos Flores Mendoza, autor y director de un sitio informativo digital en Comitán de
    Domínguez, Chiapas.
    Ya son pocos los organismos que monitorean las agresiones contra periodistas. Una de las que tiene
    presupuesto y personal para hacerlo es Artículo 19 y asegura que tan solo en el primer semestre de 2022
    registró 331 agresiones contra personas y medios de comunicación.
    El diario digital Sin embargo tiene en sus páginas el entristecedor recuento de los 15 periodistas
    asesinados en México tan solo en 2022:
    José Luis Gamboa Arenas, el 10 de enero, en el Puerto de Veracruz;
    Margarito Martínez Esquivel, el 17 de enero, en Tijuana, BC;

    Lourdes Maldonado López, el 23 de enero, en Tijuana, BC;
    Roberto Toledo, el 31 de enero, en Zitácuaro, Michoacán;
    Heber Fernando López Vásquez, el 10 de febrero, en Salina Cruz, Oaxaca;
    Jorge Luis Camero Zazueta, el 24 de febrero, en Empalme, Sonora;
    Juan Carlos Muñiz Hernández, el 4 de marzo, en Fresnillo, Zacatecas;
    Armando Linares López, el 16 de marzo, en Zitácuaro, Michoacán;
    Luis Enrique Ramírez Ramos, en Culiacán, Sinaloa, el 5 de mayo;
    Yessenia Mollinedo Falconi y Sheila Johana García Olivera, en Cosoleacaque, Veracruz, el 9 de mayo;
    Antonio de la Cruz, el 29 de junio, en Ciudad Victoria, Tamaulipas,;
    Ernesto Méndez Pérez, el 3 de agosto, en San Luis de la Paz, Guanajuato;
    Juan Arjón López, el 16 de agosto, en San Luis Río Colorado, Sonora;
    Fredy Román Román, el 22 de agosto, en Chilpancingo, Guerrero,.
    En el recuento desde diciembre de 2018 a la fecha (casi cuatro años) se reconoce oficialmente que ya son
    63 las personas vinculadas con el periodismo, especialmente reporteros de los estados que han sido
    asesinadas en ese lapso.
    Más de la mitad de las agresiones y asesinatos sucedieron en 8 entidades de la federación: Veracruz (22
    asesinatos); Guerrero (16 casos); Oaxaca (16 casos); Tamaulipas (16 casos); Chihuahua (14 casos).
    También acumulan la mayor cantidad de agresiones el Estado de México, Michoacán y Sonora.
    Y los perfiles de los agredidos y asesinados son similares: frágiles profesionalmente, en localidades
    medianas o pequeñas y en medios marginales. Así se verifica en cada queja o solicitud de protección.
    El caso más reciente que comprueba este perfil es de Enrique Pastor Cruz Carranza, que el 28 de
    septiembre pidió ayuda al presidente. El periodista dijo allí que representa al Club de Periodistas de
    México (que no es un medio sino un frente gremial con débil estructura y deficiente vida orgánica) y que
    trabaja en la estación Radio Delfín de Ciudad del Carmen en Campeche, estación con poca audiencia.
    Pidió que en la evaluación de riesgos que le harían al día siguiente, para mantenerle o no la protección del
    mecanismo federal no la hicieran “burocráticamente”. Porque “nosotros, en los estados ponemos los
    muertos”.
    El menoscabo social
    Ante asesinatos de periodistas hay sociedades que protestan masivamente. En Paris Francia, el 7 de enero
    de 2015 el semanario satírico Charlie Hebdo sufrió un tiroteo por dos hombres enmascarados
    pertenecientes a Al-Qaeda. Y desde ese mismo día y hasta el 11 de enero se manifestaron no menos de 2
    millones de personas en Paris. Diversas fuentes informan que fueron 3 millones 700 mil 000 personas en
    las manifestaciones celebradas en toda Francia, con el lema: “Je suis Charlie” (Yo soy Charlie).
    En México de los 63 crímenes ocurridos desde diciembre de 2018, han sido contadas las manifestaciones
    de protesta, pero en casi todas con puros periodistas. En 3 o 4 casos han sido marchas un tanto más
    cuantiosas o paradas tipo mitin en varios estados. Y solo con periodistas. La sociedad no participa en la
    inconformidad, ni siquiera las organizaciones urbanas, campesinas o de derechos humanos más activas.

    Una explicación de ello la ofreció en un seminario internacional de derecho penal, el 22 de septiembre, el
    reportero y especialista en ética periodística Gerardo Albarrán de Alba:
    “El distanciamiento de la sociedad mexicana con los periodistas tiene que ver con el origen corrupto de los
    medios industriales (1919). Aquí no ha habido una prensa dedicada a la sociedad. Lo que hemos tenido es
    un sistema de medios cómplice, servil con los gobiernos… Lo que no existe aquí son las condiciones para
    que se desarrolle una prensa al servicio de la sociedad… Históricamente los dueños de los medios se han
    acomodado al servicio del poder político que les conviene… Ahora tenemos que la inmensa mayoría de
    medios impresos, estaciones de radio y canales de televisión que se sienten afectados no hacen periodismo
    sino abierta oposición a un gobierno con el que no están de acuerdo, y tienen todo el derecho del mundo
    para discrepar, pero no cumplen con su obligación de informar, sino que hacen propaganda… También
    por eso, en contraparte, ha proliferado cualquier cantidad de medios de periodistas hartos de este sistema
    histórico.
    Al respecto, hay muchos casos de agrupamientos o pequeñas empresas de periodistas profesionales en
    estados de la república, que se han desarrollado con periodismo hiperlocal y conseguido audiencias
    suficientes y distintas de quienes siguen a los llamados youtuberos o “comunicadores” de redes sociales.
    Por conocimiento directo se pueden citar los casos de los colegas del grupo Vía Libre (Hidalgo), La Lupa
    (Querétaro), Chiapas Paralelo, Billie Parker Noticias (Veracruz), La Plaza (Guerrero), Red Acción
    (Ecatepec), La Calle (Toluca), Tucán (Oaxaca) Entre todos, expresión universitaria (Coahuila), Nayarit en
    Línea y otros.
    Por conocimiento directo en la mayoría de las entidades del país se puede calcular que desde 2005 ha ido
    creciendo el número de medios de este tipo, la mayoría digitales. Para 2022 el total podría rebasar los 4
    mil medios informativos con uno, dos y hasta 20 periodistas. Las mayoría trabaja en la precariedad y
    pocos alcanzan a competir con los medios grandes y consolidados, sobre todo los que pertenecen a
    corporativos.
    No basta con una nueva ley
    La violencia contra periodistas no se ha podido frenar con los dos instrumentos que se han creado en el
    gobierno federal: el mecanismo de protección y la fiscalía especial. En los estados, donde se registran la
    mayor parte de actos negativos solo existen 14 tienen leyes relativas, pero solo operan tres medianamente.
    Una nueva ley de alcance general que los obligue sería útil pero insuficiente para allegar fortalezas a
    periodistas vulnerables. Por eso se insiste en otro andamiaje jurídico y políticas públicas, sobre todo
    preventivas.
    Esta otra vía se puede desarrollar con las y los periodistas –dijimos a los funcionarios de la Secretaría de
    Gobernación—. Se requieren otras reformas y políticas públicas para institucionalizar la figura legal de
    “medios informativos pequeños no lucrativos de interés público”, que se comprometan a tener una línea
    editorial de cercanía con la gente (hay bastantes ya activos e influyentes en su entorno), empresas que se
    obliguen a reinvertir las ganancias en capacitación continua y mejorar equipamiento, que elaboren
    voluntariamente códigos de ética supervisados por universidades o grupos de pares electos para ese fin.
    Con el concurso de periodistas sí se puede desarrollar esta vía complementaria de protección para
    disminuir las vulnerabilidades de miles de colegas en los estados, acortar la distancia de la sociedad con la
    prensa y periodistas, enfrentar el subempleo y precariedad de los miles que trabajan por su cuenta (El
    INEGI informó que son más de 7 mil) institucionalizar a un nuevo actor en el mercado de la información y
    la publicidad para restar la preponderancia de los corporativos y, sobre todo para la democratización
    auténtica de la información. Mirada de reportero.

    Share. Facebook Twitter LinkedIn Email WhatsApp Telegram Copy Link

    Te puede Interesar

    También muy vulnerables la mayoría de los 9 periodistas asesinados en 2023

    17 diciembre, 2023

    El periodista Musacchio avizora un final desastroso para AMLO e irrita a sus ex camaradas comunistas

    8 diciembre, 2023

    México sí necesita una agencia noticiosa que contrarreste vilezas informativas

    13 octubre, 2023
    Facebook X (Twitter) Instagram
    © 2025 Diario Vía Libre. - Contacto. - Aviso de Privacidad.- Desarrollado por Innovatice Web Solutions.

    Type above and press Enter to search. Press Esc to cancel.