Miguel Á. Martínez. Tula de Allende. En sesión de Cabildo, el regidor del ayuntamiento de Tula, Ricardo Baptista González, exigió al alcalde Manuel Hernández Badillo y a la presidenta de la comisión de Festejos, Yancik Araceli Corona Romero, frenar las anomalías y prácticas de reventa que se hacen en cada feria que hay en el municipio.
Además, el edil emanado del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) dijo que se debe emitir un reporte de los pormenores (sobre todo financieros) de los gastos e ingresos que se tuvieron en la reciente feria con motivo de la Independencia, pues hasta ahora no se cuenta con él, pese a que ya ha pasado un tiempo prudente para realizarlo.
Pidió también poner especial atención a los casos de reventa de espacios y las cuotas que se les pidieron a los comerciantes que participaron en los eventos, ya que personalmente pudo constatar que hubo irregularidades muy graves, como la de amenazas contra quienes no completaban para el pago de su lugar porque se les pidió una cuota exageradamente alta.
El asambleísta local platicó de un caso que le tocó conocer: “hubo una comerciante que vende esquites, y le cobraron 10 mil pesos por su punto de venta, pero, además, alguien que todos conocemos que es un acaparador de las ferias es el que estuvo haciendo los cobros de la feria, usurpando las funciones del director de Reglamentos”.
Agregó que además en ese particular caso estuvo presente cuando el citado personaje, de quien no proporcionó la identidad, amenazó a la vendedora de esquites, diciéndole que si no le pagaba los 3 mil pesos que debía quemaría el puesto y que de su cuenta corría que no volvería a vender en el jardín municipal.
Cabe resaltar que, ante la agresión y amenazas sufridas por la comerciante, el regidor llamó a la fuerza pública, quien también fue agredida verbalmente por el infractor.
Denunció casos de reventa de espacios, y cobros indebidos por parte de particulares, que ya toda la ciudadanía de Tula conoce, de los que omitió el nombre.
Al respecto de la agresión a la comerciante y las amenazas de quemar su punto de venta, el alcalde Manuel Hernández se limitó a decir que es una costumbre en el municipio desde hace muchos años dejar que la familia Martínez Lozano, a quien pertenece el personaje en comento, se quede o intervenga en la organización de las ferias, pero negó que se les deba algún favor o se les tenga miedo.
Los cobros por derecho a un punto de venta en la feria de Independencia en Tula fueron muy altos de acuerdo con los comerciantes que participaron, aún y cuando presentaron escasas ventas, les fueron requeridos entre 10 mil y 45 mil pesos por contar con un espacio.