Miguel Á. Martínez. Tula de Allende. “Para evitar una nueva inundación en Tula, la solución es muy simple, que el gobierno federal y la Comisión Nacional del Agua (Conagua) inviertan los fondos necesarios para recuperar el lago de Texcoco”, aseveró Dean Chahim, ingeniero civil y doctor en antropología con tesis posdoctoral por la Universidad de Princeton, en Estados Unidos.
En conferencia de prensa, el investigador, que ha dedicado sus últimos siete años de estudio a temas políticos generados por las cuencas hidrológicas del Valle de México, sostuvo que el remedio al tema de las anegaciones no está en el río Tula, como se han cansado de decir las autoridades, sino que está en la recuperación del antiguo cuerpo de agua para ser usado nuevamente como vaso regulador.
Pero, acusó, que Comisión Nacional y otras esferas de poder no han querido invertir en este proyecto, y hasta lo han bloqueado, movidos porque en lugar de privilegiar la seguridad y protección civil de millones de personas que viven en las riberas de los principales afluentes del Valle de México, prefieren estar del lado de los intereses económicos de las inmobiliarias.
Dicho sea de paso, sostuvo, no quitan su intención de extenderse hacia la zona oriente del Valle de México, en las colindancias de la CDMX con el Estado de México, que es el único espacio medianamente céntrico que tiene para extenderse a la capital del país.
En ese orden de ideas reiteró la presunción de que la inundación del año pasado fue una decisión política y que detrás oculta intereses económicos muy grandes, gestados no sólo en el presente gobierno federal, sino en sexenios anteriores.
Por lo tanto, indicó, la inundación no fue producto de un fenómeno natural, y ni siquiera una catástrofe inevitable, fue producto de un paradigma fracasado de expulsar de golpe las aguas negras del Valle de México y las pluviales hacia el Valle del Mezquital.
La inundación tiene nombre y apellido
Por separado, Arturo González, integrante de la agrupación Manos a la Cuenca y de los Pueblos de Atenco, quien también estuvo presente en el encuentro con los medios, acusó que el responsable de la inundación en Tula tiene nombre y apellido: “fue Víctor Burguett Ortiz, director del Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México, quien habría tomado la decisión de anegar a la Ciudad de los Atlantes para no dejar la intención de mantener desecado el lago de Texcoco y utilizarlo para desarrollos habitacionales.
Cabe recordar que, durante la segunda y tercera semana de septiembre pasado, Tula y nueve de sus localidades, registraron una inundación sin precedentes, la cual dejó a más de 35 mil afectados, tras el desbordamiento del río Tula.
Desde un inicio, la Comisión Nacional del Agua (Conagua), responsable del manejo hídrico del Valle de México, ha sostenido que la anegación fue producto de un fenómeno natural, y que fue inevitable, sin embargo, expertos internacionales, como Dean Chahim, sostienen que la anegación fue provocada, por decisiones políticas y económicas.
Para el día en que comenzó a gestarse la emergencia, la noche del 6 de septiembre pasado, el río Tula, tenía capacidad para desfogar 250 metros cúbicos de agua por segundo, pero la Conagua y el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex), decidieron desaguar de golpe más de 600 metros cúbicos por segundo, lo que ocasionó una inundación sin precedentes en la zona urbana, que mantuvo a la ciudad de Tula al menos 3 semanas bajo el agua.