Miguel Á. Martínez. Tula de Allende. Tras el ataque con arma de fuego a uno de sus familiares directos, el alcalde de Tula, Manuel Hernández Badillo, descartó temer por su integridad, y que la próxima agresión pudiera ser en su contra, ya que aseguró siempre hace las cosas apegado a la vía legal. Asimismo, negó que reforzará su seguridad personal.
En el transcurso de cuatro días, de acuerdo con reportes policíacos y de civiles tres agresiones a balazos contra distintos hombres han sido perpetradas en la comunidad de Bomintzhá, donde se avecinda el Ejecutivo local.
La primera de ellas, se suscitó la madrugada del domingo, según ha trascendido por reportes de vecinos, un auto Camaro amarillo, que, en ese momento, era conducido por un sobrino del edil. Se supo que el incidente fue atendido por la Policía estatal, corporación que ha manejado la información con hermetismo.
El segundo ataque se produjo durante los primeros minutos del pasado martes, cuando un cuñado del mandatario J.H.M.G. recibió un impacto de bala en la mejilla derecha, lesión por la que su estado de salud se reportaba grave, el afectado fue ingresado al Hospital Regional Tula – Tepeji para su atención médica, pero minutos después abandonó dicho nosocomio y fue trasladado a Pachuca.
La tercera acometida, la habría sufrido la madrugada de este jueves, un hombre, que ingresó a pedir auxilio a una farmacia pues se encontraba herido de bala, pero como le dijeron que no contaba con los medios, abandonó el establecimiento a bordo de un vehículo rojo.
Acerca de los hechos de violencia, Hernández Badillo, dijo que sólo tienen conocimiento de uno de los atentados y que este escenario sí le preocupa, pero no porque se trate de su familia, sino porque le preocupa y ocupa la seguridad de todos los tulenses.
Descartó tener temor de que el próximo pueda ser él, ya que reiteró que siempre se conduce con rectitud, por lo que no tiene nada qué temer. Dio a conocer que únicamente tiene dos escoltas consigo, como todos los presidentes municipales que lo antecedieron.