Por Rogelio Hernández López
Atención colegas en estados y municipios con pocas fortalezas profesionales que insisten en hacer coberturas de políticos corruptos, de las pandillas organizadas para delinquir o para defender derechos de personas violentadas tienen que ver el foro sobre desplazamiento forzoso interno de periodistas que les ayudará a no tener que salir huyendo, abandonar su empleo, romper lazos hasta familiares, cambiar hábitos y hasta de profesión, o sea, hacerse invisibles y morir un poco.
Si quieren esa pequeña ayuda o alertar a sus colegas tendrán que mirar el video en la cuenta de Facebook de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (https://www.facebook.com/watch/live/?v=182730346771876). Allí se percatarán de novedades y las muchas limitaciones para enfrentar lo dramático y triste de este fenómeno en México.
Por ejemplo, sabrán de tres estudios académicos sobre el tema que obtuvieron hallazgos que muchos de nosotros ya sabíamos; que si funcionan para esto los mecanismos de protección tanto el federal como el de la capital del país a pesar de sus muchas limitaciones; de la red de colaboración de organismos internacionales como Reporteros sin Fronteras de Francia, del Comité de Protección a Periodistas de Estados Unidos y que se enfrentan demasiados problemas para lograr el retorno de periodistas a sus puntos originales de vida y trabajo.
Al ver las exposiciones confirmaran también de la indolencia y carencia de empatía con las y los periodistas agredidos de la mayoría de gobernadores, presidentes municipales y sus gabinetes; que los dos mecanismos de protección que funcionan son esencialmente reactivos para la protección cautelar y avanzan muy lentamente en la prevención de agravios y menos en una visión de prevención integral que reste vulnerabilidades a las y los periodistas. Y lo más triste de todo, podrán corroborar la falta de unidad entre la enorme mayoría de colegas para enfrentar agresiones.
El foro.
Que se sepa es el primer foro con este tema con un alto nivel de expositores. Tienen que saber que lo idearon una veterana defensora de la libertad de expresión que destacó como directora del Centro de Comunicación Social (Cencos), Brisa Maya Solís y el veterano reportero y defensor de periodistas y de audiencias Gerardo Albarrán de Alba.
El foro ocurrió el jueves 18 de marzo por vía digital, tuvo tres mesas que abordaron los aspectos principales. La primera mesa tuvo el eje “Desplazamiento forzado interno: investigaciones y hallazgos” Aquí moderó Yennué Zárate Valderrama integrante del Programa de Periodismo del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE).
Presentaron sus investigaciones de campo la consultora María Edith López Hernández quien entregó un diagnóstico general para su difusión abierta y el ex reportero Marcelino Nieto Brizio quien mostró avances de su investigación para doctorado en el Departamento de Comunicación de la Universidad Iberoamericana (UIA), Ciudad de México.
En la segunda mesa, El desplazamiento forzado interno en primera persona moderó Mireya Márquez de la Universidad Iberoamericana. Quienes vean este segmento se sacudirán con los testimonios de dos colegas que valientes contaron sus historias: Violeta Santiago de Veracruz y Martín Durán de Sinaloa quien probablemente es el único que ha podido regresar a su entidad.
Ambos periodistas contaron con los comentarios y contextos de las académicas Celeste González profesora de la Escuela de Periodismo en la Universidad de Arizona y Grisel Salazar Rebolledo, coordinadora del Programa de Periodismo del CIDE, la que más ha estudiado al periodismo de las entidades de la república mexicana.
La tercera mesa se llamó Los desafíos del desplazamiento forzado interno: de la sociedad civil a la política. Moderó Gerardo Albarrán. Expusieron Giovanna Garrido, responsable del área de prevención del mecanismo de protección federal y Tobyanne Ledesma, directora del mecanismo de la Ciudad de México, única entidad que tiene medidas sociales para atender a personas desplazadas que defienden derechos humanos y periodistas.
Aquí también, con sus críticas y aportaciones expusieron los corresponsales de los dos organismos internacionales más activos y efectivos en la defensa de periodistas: Balbina Flores de Reporteros Sin Fronteras (RSF) y Jan-Albert Hootsen del Committee to Protect Journalists (CPJ) de Estados Unidos.
Urge prevenir
Es probable que las y los colegas que vean las tres mesas de este foro al final lo valores como altamente positivo pero también se queden con una palabra en el centro de las preocupaciones: prevención.
Muy pero muy pocas personas que ejercen el periodismo toman prevenciones al ejercer y menos se agrupan para reaccionar con rapidez cuando amenazan o agreden a sus colegas.
Por ejemplo, son 185 mujeres y 654 hombres están bajo la protección del mecanismo federal con medidas cautelares o duras (desplazados) y se percibe muy poca comprensión y solidaridad, no solo de sectores sociales organizados de México, sino también de nuestros pares y menos de las grandes empresas.
Las instancias del Estado no tienen un visión de auténtica prevención. Las políticas públicas que hacen falta, con leyes o sin ellas, tendrían que visualizar que las personas que ejercen el periodismo profesional requieren ser reconocidas como del interés público y ayudarles a disminuir vulnerabilidades que cada día aumentan, como reconocieron todas y todos en el foro,
Todos quienes se ocupan de la protección a la libertad de expresión, pero sobre todo las y los profesionales de la información tendremos que encontrar la manera de construir una medida nacional muy viable que sería realmente efectiva para prevenir:
Una red de redes de periodistas de todo el país de alertas tempranas y reacción rápida ante amenazas o agresiones. Red que no funcionaria sin el concurso de los mecanismos e instancias relacionadas con autoridades de todos los niveles y los organismos civiles nacionales e internacionales.
Es cierto que en lo que va de 2021 no hemos registrado ningún asesinato de periodistas, pero nadie sabe realmente cuantas personas periodistas se han desplazado en estos meses por miedo a morir. Sabemos muy poco de cómo ellas y ellos sobrellevan ese alto costo de hacer periodismo. En los pequeños círculos de quienes están desplazados, dicen que es como morir un poco. — o —