Juan Manuel Pérez.- El Juzgador es la columna vertebral de la administración de justicia, por tanto, el proceso de selección está totalmente investido de pulcritud y transparencia, considerando que, los perfiles idóneos sean los que ejerzan esta honrosa actividad de impartir justicia.
Desde la segunda quincena de febrero de 2021, se dio inicio al proceso de selección para jueces civiles, familiares y secretarios de acuerdos, ello, en virtud de tener plazas vacantes, por tanto, se emitió una convocatoria libre.
Con una amplia demanda, y quienes cumplieron con los requisitos, están actualmente en la última fase de este proceso, el cual, contempla cuatro etapas: examen escrito de conocimientos, prueba psicológica, la resolución de un caso práctico y finalmente, la entrevista.
Las decisiones no previstas en la convocatoria, son resueltas por el jurado calificador, conformado por un integrante del Consejo de la Judicatura, una persona con cargo de Magistrado y otra con cargo de Juzgador, cuyas decisiones, colegiadas, son inapelables; aunque existe la figura de revisión de resultados.
Quienes cubran los requisitos y aprueben las cuatro etapas, en cada una de las categorías, deberán ser de probada capacidad intelectual, rectitud e integridad para que, la resolución de asuntos sea lo más apegada al derecho y la justicia, respetando los derechos humanos, brindando una justicia de calidad, atendiendo la demanda ciudadana, en tiempo y forma, y restructurando la problemática social.
Hoy como en cada momento, el Poder Judicial del Estado de Hidalgo apuesta a privilegiar la transparencia y en favor de la protección de los derechos fundamentales, por ello, acorde con los Principios Básicos de Naciones Unidas -relativos a la independencia judicial.
«Los jueces resolverán los asuntos que conozcan (…) sin restricción alguna y sin influencias, alicientes, presiones, amenazas o intromisiones indebidas, sean directas o indirectas, de cualesquiera sectores o por cualquier motivo».
Para lograrlo, estos procedimientos de selección están investidos de un proceso muy cuidado, donde además de la memoria, el desarrollo de habilidades y competencias, las habilidades personales, la formación judicial y el equilibrio emocional de cada sustentante, sea como logre la esencia de la labor judicial, el acto de administrar justicia como soporte del estado de derecho.
Así, quienes tengan vocación sincera y natural, de ejercer sus actividades tanto personales como profesionales con decoro, una vez acreditado el proceso respectivo, serán togados. Cabe destacar que para dicho procedimiento hubo un registro de 80 personas, de las cuales, tres serán las seleccionadas.