Negó el colectivo Marea Verde Hidalgo que el pequeño grupo de mujeres manifestantes que rompieron la puerta del edificio de Gobierno estatal y realizaron pintas en las paredes durante la protesta del domingo 8 de marzo en Pachuca, sean enviadas de los detractores del gobernador Omar Fayad Meneses. Esta acusación las demerita cómo sujetos con libre albedrío y capacidad organizativa y las anula como sujetos políticos, en una muestra de misoginia, replicaron.
En el Instituto Hidalguense de la mujer (IHM), Marea Verde Hidalgo, increpó al Secretario de Gobernación, Simón Vargas Aguilar, quién se encontraba al interior del inmueble en reunión con la directiva de dicha instancia. El encuentro sirvió para que las activistas leyeran de frente al funcionario, su postura de defensa respecto a la consideración del Ejecutivo estatal de aplicar “mano dura” a las ejecutoras de daños al edificio que alberga las oficinas del Poder Ejecutivo.
Frente a medios de comunicación, funcionarios del IHM y defensoras de los derechos humanos, Vargas Aguilar negó que haya una persecución contra las feministas; mientras que Marea Verde defendió que los actos de la Jornada 8M en Pachuca corresponden a una acción global y, los vidrios rotos y las pintas hechas por más jóvenes, fueron una acción desesperada que obliga a las autoridades a voltear a ver la injusticia en la que viven las víctimas de violencia.
“Incluso, les salió barato. En una cuantas horas cambiaron los cristales y pintaron la fachada, cuando las víctimas de delitos pasan meses, incluso años sin justicia. Es ofensivo para ellas”, dictó el comunicado.
Bajo este contexto, el colectivo instó al gobernador a aplicar la misma severidad con los responsables por acoso, violación, violencia maltrato y feminicidios en Hidalgo.
Por Eunice L. Rodríguez