Por Andrés A. Solis*
A finales de 2001 un gran número de periodistas, analistas y personajes de la academia se
reunieron durante varios días en la ciudad de Oaxaca, para ir afinando detalles de otras
discusiones que ya se habían ido gestando con anterioridad.
De esos días surgió lo que posteriormente conocimos como el “Grupo Oaxaca” que terminó
impulsando la primera Ley de Federal de Transparencia en México, aunque Chihuahua ya
había aprobado la suya antes.
Han pasado dos décadas, la ley inicial se ha transformado y surgió una nueva ley a la par para
proteger los datos personales, nuestros datos personales. Del Instituto Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública (IFAI), transitamos al Instituto Nacional de
Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).
En las últimas dos décadas, periodistas y personas de la académica hemos sido las principales
peticionarias de información a los cientos de sujetos obligados a nivel federal, estatal,
municipal, tanto de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial y sí, este acceso a la
información ha permitido publicar investigaciones periodísticas que han develado casos de
corrupción, de abusos de autoridad y complicidades con grupos criminales y poderes fácticos.
Personas funcionarias públicas también ha sido un sector importante en las solicitudes de
información, pues ha sido una herramienta para documentar los abusos y excesos que
cometen sus propios jefes y jefas.
Hay “peros”.
Pese a los incontables cursos de capacitación que ha ofrecido el IFAI, luego INAI y los
organismos garantes de los estados, hay una abrumadora mayoría de periodistas que ni
siquiera saben cómo hacer solicitudes de información. De hecho ni siquiera es materia en las
escuelas de periodismo.
Y si como periodistas no sabemos usar estas herramientas, imaginemos al resto de la sociedad
que no conoce mucho sobre el tema. En 2019, la Encuesta Nacional de Percepción Ciudadana
del INAI reveló que 55.7 por ciento de las personas acude a una oficina pública a solicitar
información y 54.9 por cierto la busca por Internet. Apenas 5.8 por ciento de la población
encuestada hace solicitudes a través de las plataformas del INAI.
Este mismo estudio, que es el más reciente, muestra que 91 por ciento de las personas
reconoce que la sociedad goza del derecho constitucional de acceso a la información, cuando
en 2016 el porcentaje era de 59 por ciento.
Hoy muchos medios, periodistas y sobre todo cuasi periodistas que sólo opinan, salen en
defensa del INAI y acusan al presidente López Obrador de autoritario y tirano.
No recuerdo que muchas de esas personas “opinadoras”, sedicentes periodistas haya hecho
algo por promover el uso de las leyes, plataformas e instituciones de transparencia, para que
cada persona de este país la conociera y entendiera su importancia.
¿Cuántos medios destinan el tiempo y los recursos técnicos, financieros y humanos para hacer
más investigaciones y notas del día recurriendo a los mecanismos de transparencia para que
sus audiencias entiendan hoy por qué necesitamos al INAI?
Se ocupan demasiado del presidente y el presidente no entenderá nunca la importancia de la
transparencia y la pertinencia de tener u organismo autónomo que garantice el goce de este
derecho, y si lo entiende, tampoco hará nada porque entre sus costumbres no está el
reconocer que se equivoca, aunque decenas de veces haya recitado la frase de “Es de sabios
cambiar de opinión”.
*Periodista, autor del “Manual de Autoprotección para Periodistas” y de la “Guía de buenas
prácticas para la cobertura informativa sobre violencia”. Conduce el programa “Periodismo Hoy”
que se transmite los martes a las 13:00 hrs., por Radio Educación.