Miguel Ángel Martínez. Tula de Allende. Que a la par de las obras hidráulicas en el Valle de México para evitar inundaciones en Tula, el gobierno federal y la Comisión Nacional del Agua (Conagua) trabajen en un programa de restauración social, ecológico, ambiental y sanitario demandó René Romero Rivera, integrante del Colectivo de Comunidades en Defensa de la Vida y el Territorio de la región Tolteca.
El también expresidente de la Red de Consciencia Ambiental Queremos Vivir sostuvo en entrevista, que el daño por las anegaciones puso en evidencia de la destrucción ambiental y la desigualdad social que han traído desde 1975 los líquidos residuales de la Ciudad y el Estado de México.
Por lo anterior, en entrevista consideró que se debe trabajar en todas las vertientes posibles para remediar los menoscabos y deterioros ambientales graves causados a la cuenca hidrológica del Valle de Tula, y con ello, empezar a revertir la añeja problemática ambiental que se vive en esta área desde hace al menos cuatro décadas.
Sobre el tema del agua negra dijo que lo ideal es que los gobiernos de la Ciudad y Estado de México construyeran diversas macroplantas para el tratamiento de sus desechos y dejaran de enviar sus residuos hacia Tula, puesto que, derivado de un mal acuerdo, los exrepresentantes de gobierno del estado y la Ciudad de los Atlantes, de aquí se envía líquido limpio y se recibe de nuevo contaminado.
Criticó la omisión que la Conagua y el gobierno de la República tuvieron durante décadas, y dijo que, de no haber sido por la inundación el tema del agua negra del río Tula no hubiera salido con tanta fuerza a reflectores.
Por ello, reiteró que es necesaria la construcción de infraestructura para que se queden con sus aguas sucias. Exigió que se haga cumplir la ley en materia de aguas nacionales, la cual estipula que, cada empresa asentada sobre el territorio debe de contar con su planta de tratamiento.
Asimismo rechazó que los tres órdenes de gobierno insistan en revestir el río Tula, pues el encementado del afluente sólo agudizaría la contaminación y el problema de la falta de agua, porque destacaría la cuenca hidrológica del Valle de Tula
