Alberto Witvrun .- Nada para nadie, alumno expulsado, profesor cesado y freno a viejos intereses creados en las universidades politécnicas y tecnológicas que intentaron hacer grande y aprovechar el
acoso escolar descubierto con la agresión en el aula que se hizo viral en redes sociales; lo
que se evitó con el pronto actuar de autoridades empezando por el rector, lo que dejó sin
argumentos a los mensajeros del pasado.
No es secreto de que administraciones pasadas desde la subsecretaría quien fuera su
titular Juan Benito Ramírez Romero, operó el proyecto para que el sistema de
universidades se convirtiera en una estructura política electoral; los docentes integrados
en sindicatos a modo y los alumnos en una organización estudiantil estatal, lo que no
termino de cuajar, pero cuyos fantasmas pululan en pasillos de las instituciones de
educación media superior y superior.
Las medidas adoptadas desde el Consejo Académico de la Universidad Politécnica de
Tulancingo (UPT) alcanzaron a otro docente acusado de acoso, que prefirió renunciar
voluntariamente y permitieron ajustes internos que tienen operando con normalidad a la
institución, pero que debe poner en alerta a las autoridades para prevenir escenarios
similares en otras instituciones.
El incidente entre el alumno y el docente que ya están fuera de la institución, generó
condiciones para la revisión de protocolos y estructuras del sistema de educación media
superior y superior, previos estudios de crecimiento, condición emocional y procesos de
enseñanza que mucho tienen que ver en la relación docente – alumno.
Otro factor positivo es que las autoridades no cedieron a los intereses que pedían la
renuncia del rector Felipe Durán Rocha, que tiene una trayectoria académica de 13 años
en ese nivel y ha probado su capacidad en la conducción de la UPT, así que de lo negativo
que sucedió en un aula que no debe repetirse, se tiene una experiencia puede ser
benéfica para la educación media superior y superior, todo está en lo que sigue.
