Alberto Witvrun.-Ricardo Raúl Baptista González que en 1997 contra todo pronóstico derrotó por primera vez en una elección municipal en Tula de Allende al Partido Revolucionario Institucional (PRI) postulado por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), hoy lucha contra corriente para repetir esa hazaña ahora por Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), lo que paradójicamente será más difícil, cuando las condiciones parecían favorables.
Calificado por propios y extraños como el mejor posicionado primero tuvo que lidiar con otros seis aspirantes que hace diez meses tenía la certeza que la tenía ganada si eran postulados por Morena, en principio hubo acuerdos que no todos cumplieron y empezaron a condicionar sumarse al que fuera coordinador de la bancada morenista en la 64 Legislatura y cuestionaron su alianza con Gerardo Sosa Castelán.
A pesar de las resistencias logró la candidatura al ganar la encuesta y con el apoyo de personajes como Alfonso Ramírez Cuéllar y Marcelo Ebrard Casaubon, pero entonces empezó a recibir fuego semi amigo: Victorino Apodaca García que escudado en una asociación civil buscó ser el elegido, impugnó la candidatura de Baptista González, con el argumento de que no se separó del cargo de diputado 90 días antes de la elección.
El caso llegó a la segunda instancia, lo que interrumpió su campaña, mientras cobraban fuerzas otros candidatos, ya con el piso más parejo se mantuvo en la lucha y si bien la elección no está definida mantiene vivas sus posibilidades, sin embargo se confirma que en Morena duermes y convives con el enemigo y, que más daño te hacen tus supuestos correligionarios que tus adversarios.
Así a escasas 72 horas de que inicie la votación, se encuentra con la traición de Francisco Chew Plascencia descendiente del histórico luchador social de izquierda +Adolfo Chew Martínez y dirigente de Movimiento Social por la Tierra (MST) quien a pesar de que le fueron otorgadas tres posiciones de regidor en la planilla morenista, comprometió el apoyo de su organización al candidato de la alianza PAN – PRD Manuel Hernández Badillo.
Aseguran que todo es por obra y gracia del secretario de Gobierno Simón Vargas Aguilar, de quien juran le tiene ojeriza a Ricardo Baptista, de lo que no se ofrecen pruebas; lo cierto es que como dice un militante del movimiento: Morena es un partido que esta partido porque no termina de ser partido.