Alberto Witvrun .-En medio de la investigación por presuntos actos de corrupción, lavado de dinero y conflicto de interés a la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) por la Unidad de Investigaciones Financieras (UIF) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHyCP), el presidente del Patronato Universitario Gerardo Sosa Castelán, obedeciendo a su naturaleza, se abrió un frente de batalla poco conveniente al retar abiertamente al gobierno federal.
Quiso cobrar favores al presidente y puso en entredicho la autonomía de que presume al exponer “aquí nos reunimos para apoyar al licenciado Lopez Obrador”. “Nosotros le demostramos nuestra confianza, hoy le pedimos que nos tenga confianza”, conclusión puso a la UAEH al servicio del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
En su síndrome del adolescente: reta toda autoridad, pidió que sigan las investigaciones, que legalmente continúan y, calificó de chingaderas “meterse con el salario de los académicos”, lo que es mentira porque la UIF liberó cuentas para que la UAEH pudiera pagar salarios y los jubilados sus pensiones, tampoco dijo que el representante legal de la universidad no se presentó a comparecer ante la UIF y que el congelamiento de 224 cuentas son por movimientos sospechosos detectados por el sistema financiero.
Lo que no dijo es que las jubilaciones son condicionadas a tener 30 años de servicio y 60 años de edad y que estas alcanzan menos del 50 por ciento del salario y en ocasiones no se otorgan y, en su lista de mentiras dijo que la UAEH es la única que otorga transporte gratuito, cuando el pago de este servicio está incluido en la cuota semestral.
Antes acusó al gobierno federal de oponerse a la educación que oferta la UAEH que genera capacidad de conocimiento para pensar y razonar mejor y decidir mejor “prefieren vernos sin educación, sin conocimiento para que sigan obedeciendo indicaciones sin razonar”, pero ni su reto, ni la fallida marcha de 30 mil universitarios que fue apenas de 3 mil, sirvieron para que el presidente les diera audiencia el 8 de mayo.
De nada valieron los diputados que impuso en oscuras negociaciones desplazando morenistas; solo tibiamente Humberto Veras y Lidia García, salieron a defender la causa. El único no sumiso, pero reciproco, Ricardo Baptista González logró que el subsecretario de Gobernación Zoe Robledo Aburto, recibiera al rector, para desbloquear otra media docena de cuentas, aunque más de 150 siguen congeladas y la investigaciones que no dañan a la UAEH, sí a quienes la tienen bajo su control desde 1982, continúan.