Miguel Á. Martínez. Tula de Allende.- Con una votación de 13 sufragios a favor, uno en contra y cinco abstenciones, el cabildo aprobó la segunda adecuación presupuestal del ejercicio fiscal 2025.
La oposición acusó que la anuencia se dio en medio de un proceso marcado por la opacidad, la falta de información y el incumplimiento de la normatividad que rige el manejo de los recursos públicos.
El dictamen, fue avalado por la mayoría integrada por Morena–Nueva Alianza y el regidor independiente de los independientes Edgar Reséndiz Sánchez.
La adecuación presupuestal fue sometido a votación sin que los integrantes del Cabildo contaran con la información mínima indispensable para su análisis y discusión, lo que pone en duda no solo la calidad del acuerdo aprobado, sino también su legalidad.
Durante la sesión, integrantes de la fracción independiente, así como las regidoras Karina Chiapa Mendoza (PT) y Nelly Mendoza Hernández (Partido Verde), coincidieron en señalar que la adecuación presupuestal fue elaborada de manera apresurada y a conveniencia, sin sustento técnico ni financiero.
En su conjunto, la oposición denunció que no se entregaron los soportes contables y presupuestales que exige la ley, ni se transparentó el origen ni el destino real de los recursos públicos involucrados.
A ello se sumó la ausencia de la tesorera municipal, Silvia Badillo, y de la contadora general, María del Carmen Remigio, quienes no acudieron a la sesión en la que se aprobó el dictamen, lo que impidió atender cuestionamientos básicos, como si los montos presentados correspondían a incrementos, reducciones o al total final del presupuesto modificado, un elemento elemental para cualquier evaluación financiera.
Pese a estas carencias, la mayoría del Cabildo avaló la adecuación presupuestal con base únicamente en una relación general de conceptos y montos, claramente insuficiente para justificar una modificación al presupuesto municipal.
