Miguel Á. Martínez. Tula de Allende.- Pese a las exigencias de agrupaciones y sociedad civil en general, el pasado martes, Tula cumplió un año nueve meses sin contar con el hospital de zona 5 con cabecera en la demarcación, cuyas instalaciones resultaron en pérdida total producto de la inundación del 6 de septiembre de 2021.
Durante este lapso de tiempo, colectivos como Todos Somos Tula, Unidos por Tula, la Red de Consciencia Ambiental Queremos Vivir, S.O.S. Tula, el Frente Cívico de Tula han alzado la voz en demanda de la reposición de la unidad médica perdida; sin embargo, la demanda no ha hecho eco entre las autoridades.
Voces como la del director general de la dependencia, Zoé Robledo Aburto, han mencionado en el pasado que el antiguo sanatorio no volverá a funcionar como tal y que, en su lugar, el Instituto construirá un centro recreativo.
Hace semana y media, el contralor estatal Álvaro Bardales Ramírez dijo ante trabajadores del Hospital General de Tula que una vez que los edificios de salud que dependen del gobierno de la República son catalogados como de alto riesgo por siniestros de índole natural, ya no pueden ser contemplados para rehabilitación.
El funcionario estatal sostuvo que conoce a la perfección la normatividad del Instituto, pues durante muchos años trabajó en la delegación del IMSS ubicada en la demarcación, y cuyas antiguas instalaciones también resultaron perjudicadas por la anegación.
Bardales Ramírez afirmó que, sin embargo, no había motivo para sentirse abandonados, ya que el Gobierno Federal estaba trabajando en la reposición del hospital 5 de zona, que se ubicaría en la localidad de Doxey, Tlaxcoapan, el que ya estaba casi terminado e iba ampliar su capacidad de servicio, de un municipio a toda la región.
Pese a ello, el día de la visita del contralor estatal, éste se encontró con la voz de desacuerdo del líder sindical del General Tula – Tepeji, Mario Francisco Guzmán Badillo, quien afirmó que si bien, por normatividad el viejo hospital no se puede volver a utilizar, sí hace falta un sanatorio nuevo dependiente del IMSS en la cabecera de la capital Tolteca.
El galeno señaló que aparte de ser la ciudad más importante y poblada de la zona, Tula es altamente industrializada y por ello debe de contar con servicios de emergencia, al menos para estabilizar a los pacientes heridos o enfermos de gravedad, porque ante la lejanía del hospital de Doxey, la gente se va a morir en el traslado.
En este sentido Sabrina García, habitante de la zona centro de la Ciudad de los Atlantes, compartió la opinión del líder sindical, ya que mencionó que, por ejemplo, los habitantes de comunidades apartadas como Carranza o Macuá, tardan hasta media hora en llegar al centro, y en atravesarlo otros 20 minutos, como para que todavía los quieran hacer acudir a Doxey, que está a otros 25 minutos de distancia.
“Imagínense, la gente se va a morir; en definitiva, necesitamos otra unidad médica que pueda estabilizar una emergencia”, concluyó.
Durante las inundaciones de septiembre de 2021, los inmuebles de salud pública de la cabecera municipal de Tula se perdieron al 100 por ciento (IMSS y Centro de Salud), por lo que los habitantes del centro del municipio y derechohabiencia del Instituto no tienen dónde atenderse, sólo que acudan a servicios particulares.
Durante un año y nueve meses, la sociedad civil de Tula que se quedó sin unidades médicas públicas han dicho que con la decisión del Gobierno Federal de trasladar el hospital de zona 5 del IMSS a la comunidad de Doxey, en Tlaxcoapan, han resultado doblemente damnificados, pues se les quitó la salud y los servicios médicos para atenderse.
El 3 de febrero de 2022, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador anunció que el hospital del IMSS que se perdió durante la inundación de Tula sería repuesto en terrenos de la fallida refinería Bicentenario, en la localidad de Doxey, Tlaxcoapan.
De acuerdo al contralor estatal Álvaro Bardales, quien también fue funcionario de la delegación del IMSS asentada en Tula, los inmuebles de la dependencia federal que han resultado siniestrados y que están en zonas de riesgo, en este caso por desbordamiento del río Tula, ya no son susceptibles de reparación.