Alberto Witvrun.- Si bien Hidalgo de acuerdo a las estadísticas oficiales se mantiene entre los estados más seguros del país, los últimos acontecimientos no pueden ser minimizados porque crean
expectación entre la población, más cuando los primeros respondientes están lejos de
cambiar la percepción ciudadana sobre una ola de inseguridad en diferentes zonas de
Hidalgo.
La desarticulación de una banda huachicolera que operaba en la Ciudad de México y en
los estados de Hidalgo, Querétaro y México, ejecuciones en Tizayuca, Tolcayuca, Tula de
Allende, Tezontepec de Aldama, Pachuca, Mineral de la Reforma, en municipios huastecos
y la desarticulación de dos laboratorios para producir drogas sintéticas en Acaxochitlán
son avisos de que urge reforzar la estrategia en seguridad.
Mientras estas señales de alarma para la ciudadanía, los gobiernos municipales hacen
nada por mejorar sus cuerpos policiales y reforzar la vigilancia preventiva, las muestras
son claras en Tula de Allende tras varios acontecimientos violentos, el secretario de
Gobierno Guillermo Olivares Reyna acudió a reunirse con Christian Martínez Reséndiz, lo
que no fue posible, porque el alcalde estaba de viaje en el extranjero.
En Actopan mientras las tareas de seguridad las asume la ciudadanía con los riesgos que
ello representa y se registran hechos violentos, la presidenta Municipal Imelda Cuéllar
Cano en la Feria de la Barbacoa presumió un equipo personal de seguridad, cuando el
riesgo ahí era sanitario porque se salió con la suya de organizar la elaboración de miles de
tacos de barbacoa a escasos cien metros del basurero.
Los municipios metropolitanos no están exentos y para colmo la agresión a dos Policías de
Investigación uno de los cuales murió a manos de una secta satánica en el populoso sector
de La Loma impactan negativamente en la percepción, digan lo que digan las autoridades,
porque en eso todo suma y se requieren ajustes en materia de seguridad pública.
