Pachuca amaneció ayer con una noticia que cimbró al fútbol mexicano: Guillermo Almada ya no es más el técnico de los Tuzos. El entrenador uruguayo se despidió ayer de jugadores, cuerpo técnico y directiva, poniendo punto final a una etapa que marcó una era en el club hidalguense, justo a días del debut en el Mundial de Clubes.
Aunque su salida venía gestándose desde hace semanas, fue este miércoles cuando se concretó lo que parecía inevitable. Con rostro serio pero agradecido, Almada acudió a las instalaciones del club únicamente para despedirse; no dirigió el entrenamiento ni participó de manera activa en la última sesión previa al viaje a Estados Unidos. Simplemente cerró el ciclo.
La renuncia del técnico, que llevó a los Tuzos a un título de Liga MX en 2022 y los metió a este nuevo formato del Mundial de Clubes, llega en un momento de máxima exigencia deportiva.
Fuentes cercanas al vestidor confirmaron que la mañana fue emocional. Algunos jugadores se enteraron oficialmente del adiós apenas al llegar al club. El cuerpo técnico tampoco había sido informado con claridad y el desconcierto se apoderó del ambiente.
La directiva, encabezada por Armando Martínez, intentó hasta el último momento convencerlo de continuar, al menos hasta la final del torneo internacional, pero la decisión ya estaba tomada.
Si bien aún no hay confirmación oficial sobre su próximo destino, es un secreto a voces que Cruz Azul mantiene negociaciones con el charrúa desde hace meses.
En cuanto al Pachuca, la incertidumbre domina. Se espera que en las próximas horas se anuncie al cuerpo técnico interino que dirigirá en el Mundial de Clubes.
Lo cierto es que la despedida de Almada deja más que un hueco táctico: deja un vacío emocional y simbólico en un equipo que estaba ilusionado con hacer historia en el plano internacional. Ahora, sin su timonel, el barco tuzo zarpa a Estados Unidos envuelto en dudas.