Alberto Witvrun.-En medio del daltonismo social mostrado en diversos sectores de la población que no acatan las medidas sanitarias como el uso de cubre bocas y sana distancia, ya no se diga el constante lavado manos y evitar las altas concentraciones, en el sector salud no se terminan de realzar ajustes desde que el 14 de marzo el gobernador Omar Fayad Meneses decidió el relevo en la secretaría del ramo.
Un mes antes en San Felipe Orizatlán envió la primera señal al entonces secretario Marco Antonio Escamilla Acosta, debido al mal estado en que se encontraba el Centro de Salud, un mes después horas antes de arrancar con el Operativo Escudo decidió la salida no solo del titular, también del “inamovible” director del Hospital General de Pachuca Francisco Chong Barreiro.
Era la segunda crisis que enfrentaba en su gabinete, la primer ocurrió el 18 de junio de 2019, pero al igual que en la primera tomó las riendas del sector y nombró como encargado del despacho al subsecretario Alejandro Efraín Benítez Herrera quien había trabajado con él en la Dirección General de Aduanas a quien en la práctica ratificó y, paulatinamente viene asumiendo todas las responsabilidades del cargo.
Pero en este proceso se ha visto la punta del iceberg de una red de corrupción alrededor del Escamilla Acosta o por lo menos graves irregularidades administrativas conforme el gobernador ha ordenado cambios en áreas estratégicas, donde se aprecia desvío de recursos en el área Patrimonio, rentas de equipo en unidades ambulatorias, proveedores consentidos y hasta otorgamiento de plazas a personas sin perfil profesional.
Todo indica que la más de media docena de relevos en direcciones generales y jurisdicciones sanitarias, corrigen las irregularidades, aunque se asegura que la operación de la mayoría de las irregularidades, se operaban desde la secretaría particular de Escamilla Acosta, aunque aseguran que este no tenía conocimiento y muchas decisiones se tomaban a su espalda.
Es cuestión de tiempo para que se tomen medidas, por hoy la prioridad es sin descuidar los servicios generales de salud, atender la problemática que representa la pandemia de Covid – 19 con medidas inteligentes como el no aceptar el Semáforo Naranja y mantener las medidas sanitarias de la Fase Roja, aplicar el Hoy no Circula y la instalación del Hospital Inflable, que han ofrecido resultados, medidas algunas que no son populares pero si necesarias, ante un buen grado de irresponsabilidad social.
Esto no hará que se quite el dedo del renglón y que conforme se alcance la llamada Nueva Normalidad, se inicie un proceso serio para sancionar las irregularidades encontradas que pueden conducir hasta una subsecretaría de Gobierno por las ligas que se han observado durante la más de media docena de relevos y sustituciones que se han efectuado en los últimos cuatro meses.