Alberto Witvrun.- Las nuevas rutas de colectivas implementadas por el Sistema Integrado de Transporte
Masivo de Hidalgo, en teoría mejorarían la movilidad y el servicio que presta el Tuzobus,
pero en las primeras horas de su aplicación registró un abierto rechazo que se manifestó
en redes sociales donde el 90 por ciento de más de 600 comentarios fueron de abierto
rechazo por parte de los usuarios.
Todo indica que las 24 unidades y un ramal a la central de autobuses con 16 unidades con
capacidad para 15 pasajeros, con tres modificaciones, simplemente es producto de una
ocurrencia y de información equivocada que el director de Sitmah, dio a la secretaria, ya
que el buen servicio quedó atrás porque las unidades circulan con un tercio o más de su
capacidad.
Quienes idearon este sistema, deberían subirse a las, pronto llamadas por los usuarios
Tuzocombis, para sufrir directamente la incomodidad y el sobrecupo que es sancionado a
cualquiera de las rutas concesionadas establecidas; así crece el malestar e incluso la
competencia porque ya es considerada una invasión a las rutas ya establecidas, lo que no
contribuye en nada a la imagen de la Secretaría de Movilidad y Transporte (Semot).
Porque las experiencias en otras entidades señalan que el mejor camino es un transporte
masivo, es decir a través de unidades grandes y eléctricas que muevan mayor volumen de
pasajeros y emitan menos contaminantes, lo que es factible mediante una licitación
internacional para concesionar el sistema, el que tiene que recibir subsidio como sucede
en todo el mundo.
Como ejemplo está el gobierno de la Ciudad de México que destina 20 mil millones de
pesos anuales para subsidiar el transporte colectivo, porque la movilidad es estratégica y
fundamental para elevar la productividad de las ciudades al reducir tiempos de traslado
con eficiencia y comodidad.
Los efectos de un mal servicio tienen efectos negativos colaterales, baste recordar que
hace seis años la candidata panista Yolanda Tellería Beltrán obtuvo la victoria por dos
factores fundamentales: uno fue el gobierno corrupto del priista Eleazar García Sánchez y
el otro fue el malestar por el pésimo servicio que prestaba el Tuzobus.
El gobierno actual tiene la oportunidad de con base a análisis y experiencias modernizar el
Tuzobus mediante su concesionamiento que lo permita, para brindar un servicio eficiente,
no con ocurrencias que como está plasmado en redes, no están siendo aceptadas por los
usuarios.
