Alberto Witvrun.- La renuncia colectiva al Revolucionario Institucional (PRI) que sucedió a cientos en los
últimos años y al “rasurado” del padrón, pudo ser un tocar fondo, pero se impuso el
interés cupular sobre la militancia que decepcionada otra vez no fue considerada al
imponer Carolina Viggiano sin legalidad ni legitimidad a su servidumbre política en el
Comité Directivo Estatal (CDE) para emprender la venganza contra Omar Fayad y sus
huestes.
Cuando para dar autoridad moral a una nueva dirigencia los priistas volteaban a ver a
Benjamín Rico, Alfredo Bejos, Jorge Márquez y hasta a Roberto Pedraza, que tienen
kilómetros de méritos sobre el bisoño historiador; el primero por el trabajo que realiza, el
segundo por haber ganado cinco elecciones; el tercero por su liderazgo que rebasa lo
regional y el último aanque por ser de una decrepita y corrupta clase política es enemigo
jurado del ex gobernador.
El diputado federal Marco Antonio Mendoza, que menosprecio y calificó de mercenaria a
la prensa de Hidalgo durante la campaña al gobierno, donde su jefa sufrió estrepitosa
derrota, debió llegar a presidente por 3 vías: secretario de Organización y escalar por
minutos la secretaria general; por decisión del Consejo Político o elección en convención
de delegados, pero lo es por voluntad de Alejandro Moreno y Viggiano Austria.
Su trayectoria es simple de locutor, pasa al Poder Judicial con Carolina Viggiano de
presidenta; luego asesor parlamentario cuando ella fue diputada federal; después ocupó
dos cargos en el gobierno de Rubén Moreira en Coahuila y otros dos en el PRI nacional
además de titular de comunicación social en el Conafe con su jefa como directora general,
quien lo impuso candidato plurinominal con Juan Pablo Beltrán Viggiano de suplente.
En la dirigencia acompañan a Marco Antonio Mendoza, la michoacana Victoria Méndez
suplente de Carolina Viggiano, como secretaria general, diputada federal en la LVI
Legislatura y parte del llamado Bronx con Aurelio Marín; senadora tras la muerte de
Netzahualcóyotl de la Vega y de cuestionado paso por le delegación de la PGR y, Maika
Ortega siempre subordinada a Viggiano, así aunque se hable de democracia y de un nuevo
partido, la militancia priista es sólo escenografía y ya se preparan más renuncias.
