Alberto Witvrun.- A once meses de su segunda estrepitosa derrota electoral consecutiva el grupo que tiene en su poder al Partido Revolucionario Institucional (PRI) da tumbos en el sinuoso camino
hacia 2027 donde de acuerdo al panorama su objetivo será conservar el registro estatal
porque recuperar posiciones cada vez se ve más que complicado por la permanente salida
de militantes.
Mientras cobra cada vez más fuerza la versión de figuras que podrían sostener estructuras
y un buen porcentaje de votos, deshojan la margarita para abandonar las filas del tricolor
como los hermanos Jorge y José Antonio Rojo García de Alba, que sin pronunciamientos ni
reflectores son factor para que muchos priistas se mantengan, aunque no lo quiera
reconocer la cofradía que jefatura Carolina Viggiano Austria.
Lo que no nadie puede evitar es la inminente salida del ex candidato a presidente
municipal de Pachuca, Benjamín Rico Moreno, que sumó 39 mil votos en la pasada
contienda y, de salir del PRI de manera natural le seguiría por lo menos el 50 por ciento de
esos sufragios, agravando la crisis de credibilidad de la dirigencia estatal que preside el
diputado local Marco Antonio Mendoza Bustamante.
El llamado sepulturero del PRI Hidalgo en medio de la obnubilación y soberbia, no acepta
la realidad y presume su campaña de afiliación, aunque en Tulancingo de Bravo ante la
imposición de Fernanda Pasquel como presidenta del PRI Municipal un parte importante
de la estructura creada y financiada por el desaparecido alcalde Jorge Márquez Alvarado
tiene acercamiento real con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
Ya no es especulación, es posibilidad real, lo que significaría la pérdida de por lo menos
otros 10 mil votantes para el PRI, que aunque lo niegue la dirigencia priista, la obliga a
pelear por su supervivencia, porque este proceso se puede agravar y dejarlo en riesgo de
luchar en 2027 por mantener el registro estatal.
