Alberto Witvrun.- No fue sorpresa que Alejandro Moreno Cárdenas y Carolina Viggiano Austria hayan
nombrado al diputado federal Marco Antonio Mendoza Bustamante para
hacerse cargo del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Hidalgo junto a María
Eugenia Méndez Márquez y si la michoacana por estatuto por ser secretaria general bajo
el concepto de prelación es la nueva presidenta del Comité Directivo Estatal (CDE).
Si bien es un caso excepcional la renuncia a la militancia de ocho diputados locales entre
ellos el presidente estatal y muchos otros que no han hecho pública su separación de las
filas tricolores la dirigencia nacional debió ser más explicita en su anunció en redes
sociales sobre la designación de quien dejó muchas dudas de su capacidad como operador
político en la campaña para gobernadora de su protectora e impulsora.
Mendoza Bustamante quien minimizó y menosprecio a los medios de comunicación del
estado en esa etapa no es bien visto por las estructuras priistas, debido al mal trato que
sufrieron de él durante la campaña, pero todo indica que en el PRI las cosas no cambian,
se fue un grupo que dominó los últimos seis años y llega otro con las mismas prácticas e
intereses personales y de grupo.
De aclararse estatutariamente cual es la designación de Mendoza Bustamante, deberán
legitimarlo mediante el Consejo Político Estatal, mientras se da como un hecho entre
quienes permanecen en el PRI, que solicitará licencia a la Cámara Federal de Diputados,
para que su curul la ocupe su suplente el joven Juan Pablo Beltrán Viggiano.
Beltrán Viggiano, hoy a cargo de la Fundación Viggiano, estudiante de derecho en la
Universidad Iberoamericana, es hijo de la secretaria general del PRI nacional y
seguramente a él y a su ex particular Marco Antonio Mendoza se refería cuando declaró a
un medio de comunicación que “hay que abrirle paso a las nuevas generaciones”,
mientras la pregunta que queda en el aire es: ¿y la militancia?
