Alberto Witvrun.-Héctor Chávez Ruiz, estaba por convertirse en el presidente estatal más joven en la historia del Partido de la Revolución Democrática (PRD), propuesto por las expresiones que encabezaban +Isidro Pedraza Chávez y el ahora morenista Luciano Cornejo Barrera, pero una maniobra de José Guadarrama Márquez que se alió a las tribus pequeñas lo impidieron, fue cuando el originario de Jacala de Ledezma, se apoderó del Sol Azteca.
Formado en la corriente de Nueva Izquierda, cuándo Guadarrama Márquez ya no pudo sacarle más provecho al PRD Hidalgo e inició la deserción a Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y a ella se unió el dos veces presidente de este partido Luciano Cornejo, Chávez Ruiz, aguantó a pie firme junto con Pedraza Chávez a pesar del negro panorama que tenían.
Un soporte al principio fue la Coduc encabezada por Marco Antonio Rico Mercado, que tiempo después también emigró, mientras que otro histórico y ex presidente que probó suerte en Movimiento Ciudadano (MC), Pedro Porras Pérez, regresó a la querencia, de la que salió por José Guadarrama y otros traicionados por el jacalense como Manuel Hernández Badillo ahora presidente municipal de Tula de Allende, se sumaron.
Nadie, esperaba que el PRD se fuera a recuperar, por lo menos en Hidalgo, pero ahora bajo la dirección de Chávez Ruiz, en las elecciones municipales, sucedió el regreso, el PRD ganó ocho ayuntamientos y presentó una recuperación en municipios estratégicos como Pachuca, un paso importante que le da estructura y presencia a través de las posiciones alcanzadas en los cabildos.
Recuperación que oportunistamente quiere aprovechar el dinosaurio José Guadarrama, que a sus setenta años, se niega a la jubilación política y quiere ser postulado candidato a diputado federal y ya se mueve cupularmente para conseguirlo y si el PRD quiere seguir en el camino de la recuperación deben impedirlo, porque le haría daño al proceso de recuperación que vive.
Guadarrama Márquez el otrora represor de disidentes, luchadores sociales y periodistas, el alquimista de los fraudes en Yucatán y Michoacán, el hombre dela sospecha de quedarse con los recursos del Pemexgate, que nunca llegaron para comprar votos a favor del candidato presidencial priista Francisco Labastida Ochoa en el 2000, hoy ya no representa fuerza alguna, pero aún se mueve, jubilarlo es un reto.