Alberto Witvrun.-Al iniciar el año electoral en Hidalgo bajo los escenarios en los 84 municipios la conclusión tras consultar a analista y avezados políticos de diferentes partidos políticos, es que la fórmula para frenar a Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) es el pragmatismo de sus adversarios mediante una estrategia de alianzas de facto que deberán tener como principal factor candidatos ganadores o altamente competitivos.
Es decir solo si las dirigencias de los principales partidos opositores a Morena, identifican en que municipios cada uno de ellos tiene las más altas posibilidades y llegan a acuerdos para mediante una estrategia apoyarse mutuamente, podrían aumentar seriamente sus posibilidades de triunfo y de evitar que el partido del presidente gane la mayoría de los 84 ayuntamientos.
Pragmatismo electoralista puro, pero que puede hacer más plural el mosaico político de Hidalgo que complicaría el escenario para Morena en su propósito de hacer realidad la alternancia en Hidalgo, uno de los cinco estados del país que no han tenido esa experiencia democrática porque desde la institucionalización de los partidos ha sido gobernador por el Revolucionario Institucional (PRI).
Pero ello requiere ardua tarea política, porque este objetivo no se podría lograr en este momento en como ejemplo Mineral de la Reforma, donde se observa difícil un acuerdo de esta naturaleza por la tensa relación que dejo la confrontación de Raúl Camacho Baños con el ex secretario de la Política Pública, Israel Félix Soto, porque el presidente municipal sostiene que cueste lo que le cueste el PRI no ganará y menos si postulan al presidente de la fundación Tu y Yo Creciendo Juntos.
Esta clase de alianzas de facto donde se aplicaría el pragmatismo puro en materia electoral combinada con la crisis que vive Morena en toda su estructura por la falta de liderazgos naturales y de una dirigencia formal, dejarían una inesperada nueva geografía política en el estado de Hidalgo.