Miguel Á. Martínez. Tula de Allende. La Asociación Projardín respaldó a locatarios del tianguis municipal en su demanda de ordenar al comercio ambulante del centro de la ciudad, que, acusaron creció de manera exponencial en la administración recién concluida, del alcalde Gadoth Tapia Benítez.
Los asociados consideraron que la petición de erradicar al comercio informal del centro de la ciudad, o por lo menos reducirlo al mínimo y regularlo, es legítima, dado que, para el comercio de la principal central de abastos de la demarcación, el ambulantaje constituye una práctica desleal.
Se dijeron también en desacuerdo con la proliferación del comercio itinerante, que -en el último periodo gubernamental fue solapado por la autoridad local- puesto que dijeron que ellos no pagan renta, ni servicios, además de que en el marco de la pandemia de SARS – CoV – 2, no siguen el menor protocolo para evitar la propagación del virus.
En ese contexto, exigieron que el Consejo interino municipal, a cargo de Verónica Monroy Elizalde, ponga “piso parejo” porque independientemente de que no pagan un local, no se les exige las mismas medidas sanitarias que a quienes están fijos.
Cabe resaltar que añadieron que no están en contra de las marchantas que comercializan productos del campo como se ha hecho ver o se ha dicho, a fin de desvirtuar la petición de los tianguistas, “o para defender lo indefendible”.
Se quejaron de que, en los últimos cuatro años, los ambulantes permitidos, pasaron de ser 60 permitidos en las calles del primer cuadro, a ser en la actualidad, casi 400, “todo como consecuencia de liderazgos irresponsables y de tener como director a alguien que no hizo bien su trabajo”.
