Miguel Ángel Martínez. Tula de Allende.- Pendiente y sin fecha para su demolición se encuentran dos viviendas que quedaron sin cimientos, como consecuencia de la generación de un socavón provocado por las crecientes que ha experimentado el río Tula en los últimos días.
Dichos inmuebles permanecen desalojados desde el domingo 20 de julio, pero hacen falta acciones de protección a otras viviendas cercanas para prevenir que el socavón se siga extendiendo día con día.
El pasado fin de semana (viernes y sábado) se derribaron los primeros dos inmuebles que quedaron sin base de concreto, lodo y piedra, anteriormente situados en el lindero izquierdo del afluente, a la altura de la calle Leandro Valle del centro, pero el derrumbe mecánico terminó por afectar a las otras dos casas-habitación, pues estaban unidas (en los cimientos) por las que se echaron abajo.
Desde que se llevaba a cabo la demolición de las dos primeras construcciones, se percibía que las otras dos casas se ladeaban cada vez más, al grado de que actualmente están literalmente volando sobre el canal de aguas negras.
A pesar de la inminente caída de las viviendas (de dos niveles), ni la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ni las autoridades municipales han dado a conocer si los segundos inmuebles también se demolerán, ni la fecha tentativa para tal efecto.
Vecinos de los domicilios aledaños a la zona de afectación, como Teresa Pérez Melgarejo, desde la semana anterior han solicitado a las autoridades medidas de protección para los inmuebles que aún conservan su cimentación, con el objetivo de proteger sus construcciones y evitar que el derrumbe de tierra se extienda más.
La vecina, cuya propiedad para este momento está parcialmente afectada, denunció que hace unos días, trabajadores de la Conagua dispusieron en las mismas aguas del río un bordo de lodo y piedras para supuestamente desviar el agua hacia lugares que ya estuvieran protegidos por el muro de contención con el cual se encauzó el río, pero dijo que esto solo es una medida provisional.
Pérez Melgarejo consideró que el muro de fango y piedra quedará destruido tan pronto el cuerpo de aguas negras se vuelva a sobredimensionar en esta temporada de lluvias, que apenas inicia.