Alberto Witvrun.- En las últimas horas la franja de la Sierra Gorda de Hidalgo se vive tensión social y política por el homicidio del presidente municipal de Pisaflores Miguel Bahena Solórzano, quien
fue acribillado a las puertas de su domicilio por sicarios a bordo de una motocicleta de al
menos cinco balazos, porque no se sabía de amenazas en su contra y porque era
reconocido por sus gobernados.
Abogado, comerciante, gustaba de cantar componer canciones, fue postulado por el
Partido Verde Ecologista de México (PVEM) derrotando a la candidata de Movimiento de
Regeneración Nacional (Morena) que tuvo un proceso interno áspero, su triunfo dio
estabilidad al municipio y ofreció resultados en el primer año de gobierno
paradójicamente mejorando la seguridad.
Esta municipalidad enclavada en la Sierra Gorda con límites territoriales con la Huasteca
tiene ubicación geográfica estratégica porque colinda en Hidalgo con Chapulhuacán y La
Misión en San Luis Potosí con Tamazunchale, Xilitla, Matlapa y en Querétaro con Landa de
Matamoros, de ahí que este acontecimiento impacta regionalmente y requiere atención
urgente del gobierno estatal.
Lo que menos requiere el estado es la descomposición de otra región, en este caso
sensible como la Sierra Gorda, donde se han superado crisis sociales y políticas, mientras
aunque sin estridencias la dirigencia del PVEM ejerce presión y espera resultados de esta
nueva papa caliente para Guillermo Olivares Reyna, que para variar tendrá que encontrar
una respuesta Francisco Fernández Hasbun.
