Itzell Molina.- Con la reflexión de que la paridad no debe entenderse, darse, ni garantizarse únicamente en la esfera política, fue como concluyeron las actividades del XVIII Congreso Nacional Sobre Empoderamiento Femenino que organizó la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), a través del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSHu).
En este sentido, la paridad legal en estos momentos impacta tanto en los cargos de elección popular como en el servicio público, donde se obliga a reservar espacios para las mujeres, lo que es un avance cuantitativo, pero en ocasiones es simulado, pues aún hay resistencias para que las mujeres puedan tener realmente poder en la toma de decisiones, subrayó, la socióloga Georgina Cárdenas Acosta impartió la ponencia “Democracia paritaria”.
Señaló que al analizar esos ámbitos donde no hay legislación para obligar a las instituciones o los espacios sociales es donde la deuda histórica persiste, por lo que la violencia no solo es política, existe en otros contextos y por consiguiente, la paridad legal no es suficiente para empoderar a las mujeres de todas las edades y en todos los contextos, por ello se debe evitar crear un estereotipo de lo que es ser una mujer empoderada y comenzar a reconocer a mujeres fuera de la política.
Declaró que solamente así se podrá garantizar un acceso efectivo a sus derechos, se promoverá su participación en todas las esferas sociales, lo que traerá como consecuencia una transformación de paridad total donde se tengan mujeres libres que no son excluidas, que tienen alternativas de vida porque tienen referentes de mujeres en lo académico, cultural, entre otros, y no solo en el político, por lo que al permear en cada rincón social se podrán crear agendas sociales transformadoras. Para la también jefa de carrera en Sociología y secretaria del Comité de Género de la Facultad de Estudios Superiores de Aragón de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), no pasó desapercibido que se debe estudiar cómo la violencia actual en contra de las mujeres está disuadiendo la participación, pues es innegable que entre más se avanza en los derechos de la mujer, el ambiente se vuelve más hostil y violento, por lo que se deben generar estrategias para evaluar este impacto y así tratar de contrarrestarlo.