Alberto Witvrun.-El fin de semana asistimos a dos actos de violencia que deben y pueden frenarse si los responsables toman las medidas preventivas conducentes y evitar que personas inocentes sufran los efectos que el encono y la polarización social están generando en el país, encontrando caldo de cultivo en la crisis que ha dañado gravemente el tejido de la sociedad mexicana.
Al terminar el partido Pachuca contra Monterrey un pequeño grupo de desadaptados agredieron a seguidores del equipo regiomontano, terminando siete de ellos detenidos y tres agentes policiacos lesionados, lo que encendió las luces de alerta, porque aún está fresco lo sucedido en el estadio La Corregidora de Querétaro y, no basta con reprobar los actos de esta naturaleza como lo hizo el Imperio Tuzo.
Porque aunque no lo acepten y acudan a la amnesia social los directivos tuzos, son en parte responsables de importar el modelo de violencia de las barras bravas hace 26 años con la Ultra Tuza dentro de su estrategia de mercado para posicionar a su equipo de futbol profesional en el ánimo de la afición para convertirlo en jugoso negocio que diversificado les permitió acumular un importante poder económico.
Así que como parte de las medidas se requiere un mejor sistema de alumbrado en las afueras y en estacionamiento del estadio Miguel Hidalgo, mejorar la vigilancia y establecer un mejor sistema de circulación porque las “plumas” en los accesos lo han convertido en una peligrosa trampa si se presenta una contingencia.
En El Arenal durante el acto político un “grupo de militantes” protestaron en contra de los hermanos y ex presidentes municipales Adelfa y Adolfo Zúñiga Fuentes ahora militantes de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) a quienes en mantas los acusaron de traidores, hubo prudencia, aunque hubo un intento de arrebatarles la lona por órdenes de la diputada local, pero finalmente en medio de la tensión el acto político concluyó.
Se acusó un acto de provocación, que también se pudo evitar simplemente con que no asistieran los personajes cuestionados que tuvieron muchas denuncias en sus respectivas administraciones bajo las siglas del Revolucionario Institucional (PRI), porque se elimina la posibilidad de generar violencia que estuvo cerca de darse, solo por permitir la asistencia de quienes en este caso son rechazados por un sector del morenismo.
Porque no debemos aceptar la normalización de la violencia en cualquier ámbito de la vida del estado y del país, los actores deben actuar para evitarla en estos casos en la política en un deporte espectáculo como lo es el futbol, nada justifica la violencia social o política, lo que requiere la participación de todos para rechazarla.