Alberto Witvrun.-Casi finalizada la luna de miel de Asael Hernández Cerón con el alcalde de Tlaxcoapan Jovani Miguel León Cruz y con el presidente del Comité Directivo Estatal (CDE) Cornelio García Villarreal, el diputado local los quiere convencer de mantener la alianza para mantener el control del Consejo Político Estatal (CPE) de Acción Nacional (PAN) que les permitiría conservar los beneficios de la franquicia albiazul.
Porque a pesar de toda la clase de marrullerías que iniciaron con el “nombramiento” de Leoncio Simón Mota como presidente de la Comisión Estatal y del “acuerdo” para permitirle a la delegada del Comité Ejecutivo Nacional Arlette Ivette Muñoz Cervantes postularse para consejera nacional por Hidalgo, tiene el temor fundado que el hartazgo en su contra le impida llevar una mayoría al Consejo Político Estatal.
Ha utilizado todas las artimañas como manipular la insaculación de delegados a la asamblea electoral del próximo domingo y llevando acciones que incluso contravienen lo establecido en la convocatoria, porque para seguir construyendo su candidatura a gobernador en el 2022 requiere de contar con el respaldo de más del 50 por ciento de los consejeros estatales, es decir más de 40.
Pero el escenario es complicado sobre todo por el distanciamiento con el alcalde de Tlaxcoapan que al igual que Asael Hernández quiere ser consejero nacional, y tener el mayor número de consejeros estatales; pero no están solos Cornelio García, que les debe a ambos ser dirigente estatal, también quiere su tajada y a espaldas de Asael Hernández, realza alianzas porque quiere arrebatarle el control a su titiritero.
Rompimiento y traiciones que abre el camino al bloque Pachuca, que empieza a sumar simpatías de muchos cuadros cansados de la manipulación y beneficios que para unos cuantos tiene el control del grupo asaelista; pero deben andar con pies de plomo, porque en la elección de dirigencia demostraron que por mañas no paran, ya que fingieron una ruptura solo para engañar a sus adversarios.