En un momento de alta tensión deportiva, Oussama Idrissi se convirtió en el puente entre Tuzos del Pachuca y su afición. El atacante neerlandés-marroquí compró cinco mil boletos y los donó a niños de escuelas primarias de Pachuca y zonas cercanas, que se hicieron presentes en el estadio Hidalgo durante el duelo ante el Atlético de San Luis.
La imagen fue contundente: la cabecera sur del estadio repleta de niños uniformados y emocionados, que no solo llenaron los asientos, sino también de energía un recinto que venía apagado por la crisis de resultados. La respuesta fue inmediata: Pachuca venció 2-1 a San Luis, cortando una racha de seis partidos sin victoria.
La iniciativa de Idrissi no fue solo un gesto solidario; fue una declaración. El jugador apostó por reconectar al equipo con la comunidad en su nivel más puro: la infancia. Decenas de camiones arribaron desde temprano al estadio, en una movilización que recordó que el fútbol también puede ser alegría y pertenencia.
El técnico Jaime Lozano, bajo presión por los malos resultados, reconoció que el ambiente fue clave: “Hoy ganamos gracias al apoyo que sentimos en la cancha”.
Con el triunfo, Tuzos asciende al séptimo lugar y se mantiene en la pelea por la Liguilla. Más allá de lo deportivo, la tarde quedará como un ejemplo de cómo un solo gesto puede cambiar la narrativa.
Oussama Idrissi no solo regaló boletos. Regaló ilusión, respaldo y un mensaje claro: en los momentos difíciles, se juega dentro y fuera de la cancha.