Alberto Witvrun.- No tiene sentido la actitud de la presidenta municipal de Tulancingo de Bravo que en lo
único que ha sido constante es los escándalos que van de la nómina familiar de la que
pudieron salvarla a las amenazas a funcionarios y regidores a quienes les dijo que son
observados y todo le tenían que decir hasta la denuncia pública del Síndico Hacendario
Pedro Hiram Soto Márquez quien la responsabilizó de lo que pueda sucederle a su familia
o a él.
Impulsada desde el Consejo Coordinador Empresarial de Hidalgo (CCEH) por el influyente
empresario Juan Carlos Martínez Domínguez, porque ella lo dice, Lorena García Cázares se
convirtió en uno de los símbolos de que no todas las candidaturas de Movimiento de
Regeneración Nacional (Morena) a presidir ayuntamientos, fueron las acertadas porque la
marca bastó el 2 de junio para llevarlos a gobernar.
Soto Márquez que fue presidente municipal por el Partido Acción Nacional (PAN) y antes
había competido por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) antes del 5 de
septiembre de 2024 partía un piñón con García Cázares, luego de ser coordinador jurídico
y defender las impugnaciones en las instancias legales, pero algo pasó en los últimos
meses que term9iinó con la bonita relación.
Primero pidió a la presidenta que abriera su gobierno a la población con audiencias
públicas y ahora la acusa de amenazas veladas, por respaldar la salida del director de
Mercados José Luis Ortega, mientras ella promueve su remoción como Síndico Procurador
Hacendario, diferencias que más que políticas son personales sin valorar la importancia de
gobernar bien para responder al proyecto que los llevó al cargo.
Esta abierta confrontación agrava la crisis de gobernabilidad que se viene dando por lo
sucedido en áreas como cultura, las denuncias de regidoras y porque la inseguridad se
apodera del municipio con una creciente ola de delitos comunes y las repercusiones de la
actividad huachicolera en la región, lo que requiere de poner orden, antes de que la
situación no se pueda controlar.
