Miguel Á. Martínez. Tula de Allende.- Trabajadores del tramo 4 del proyecto ferroviario México–Querétaro denunciaron un esquema opaco y lleno de irregularidades en el manejo de nóminas por parte del personal militar a cargo de la obra y exigieron la intervención inmediata de las autoridades laborales y de supervisión del proyecto.
Los empleados señalaron que, pese a las largas jornadas y a los constantes malos tratos, el salario continúa siendo de 2 mil 800 pesos semanales, cantidad que califican de insuficiente.
A ello se suma que la paga se entrega en efectivo y sin recibo, mecanismo que, advirtieron, facilita desvíos y manipulación de montos.
“Cada semana hay problemas con el dinero: retrasos, faltantes, pagos incompletos. Nunca sabemos realmente cuánto nos van a dar”, relató uno de los trabajadores, quien pidió anonimato por miedo a represalias.
De acuerdo con los denunciantes, las irregularidades incluyen contratos de apenas tres meses utilizados, dicen, para evitar el otorgamiento de prestaciones como aguinaldo o vacaciones. Tampoco cuentan con afiliación a la Seguridad Social.
Los obreros aseguraron que persisten los tratos humillantes y discriminatorios por parte del personal militar asignado al tramo ubicado en San Pedro Alpuyeca, Tula, y puntualizaron que la misma situación se replica en otros puntos de la obra.
Estas acusaciones se suman a las recibidas por trabajadores de los campamentos de San Antonio Tula y San Sebastián, Nopala, quienes también han reportado discriminación, abusos y malos manejos en la administración del proyecto.
Finalmente, los empleados reiteraron el llamado urgente a las instancias laborales y de control del tren México–Querétaro para que investiguen a fondo, sancionen a los responsables y garanticen condiciones mínimas de dignidad, transparencia y justicia para todo el personal involucrado en la construcción.
