Alberto Witvrun.- En los últimos dos gobiernos estatales el prestigio acumulado por años como escribanos y
posteriormente como notarios y un colegio con tres décadas de haberse constituido como
tal se vio mermado y tras la presión ejercida que obligó a la renuncia de Guillermo Vegas
Guasco como presidente de la organización gremial los fedatarios hidalguenses caminan
hacia un proceso democrático y transparente.
La manipulación y el chantaje que vivieron la mayoría de los 98 notarios a través del
condicionamiento de folios operada desde la dirección del Archivo General de Notarías y
la presidencia del Colegio de Notarios del Estado de Hidalgo, terminó primero con las
renuncias en dos momentos de Javier Barrera Neri y Vega Guasco, ahora requiere de
procedimientos que den credibilidad a sus integrantes.
La rebelión iniciada por un grupo de los más antiguos notarios de Hidalgo, camina en
medio de consensos que pueden llevar a nombrar un presidente interino del Colegio,
responsabilidad que bien pudiera recaer en Juan Manuel Sepúlveda Fayad poseedor de la
patente 2 en Pachuca, que tiene amplia trayectoria como notario, abogado y funcionario
público.
De concretarse esta propuesta, Sepúlveda Fayad será el responsable de poner orden
interna y de convocar a un proceso electoral democrático del que surja un dirigente que
obedezca a los intereses del notariado hidalguense y no políticos como sucedió en la
dirigencia de Guillermo Vega Guasco.
