Alberto Witvrun.-Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) tiene como principal reto en este proceso electoral como sacudirse el estigma de haber entregado un puñado de candidaturas al clan universitario de Gerardo Sosa Castelán, que mantiene la candidatura de su hermano Damián Sosa Castelán por Tulancingo en abierto reto a sus detractores internos y externos, mientras que en la Ciudad de México, el coordinador cameral de San Lázaro Mario Delgado Carrillo, aún los defendía.
La fuerza del clan al interior de Morena, se demuestra al mantener como representante ante el Instituto Estatal Electoral (IEEEH) a su principal operador Alejandro Olvera Mota, sobreviviente del movimiento que encabezó Alejandro Rosas García como presidente de la tristemente célebre Federación de Estudiantes Universitarios de Hidalgo en 2004, que reto la autoridad del presidente del Patronato de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).
Esta posición clave en el proceso electoral, es mantenida por el delegado de Bienestar Abraham Mendoza Zenteno, que ha aprovechado bien su alianza con el clan universitario y la debilidad institucional de lo que hay como dirigencia del partido, para manipular el proceso interno, aunque esto ya representa un fuerte costo electoral aun cuando las campañas apenas iniciaron.
El trabajo proselitista de los candidatos de Morena, se ve seriamente afectado por las características de las campañas ante la emergencia sanitaria, porque permear con sus propuestas y que en algunos casos los conozcan en estas condiciones es difícil y en un importante número de municipios enfrentarán contra campañas de quienes fueron desplazados.
Por lo pronto se observa que no hay interés en la dirigencia nacional que envió a destiempo comisiones a varias regiones en los últimos días para pulsar políticamente las condiciones, diagnóstico que no se conoce, pero un factor es que no quieren aceptar que se equivocaron, mientras la orden precisa a los diputados locales y federales del clan, es eludir el tema de su posible salida de Morena, lo que sería otro golpe más que enrarecería más el ambiente electoral para sus candidatos, así que “van aguantar”.
Mientras dieron largas a los inconformes y difícilmente se efectuarán cambios como la militancia lo reclama, lo cierto es que de reflejarse en las urnas esta crisis, el mensaje de Morena a los electores hacia el 2021, no es nada halagadora y, habrá que esperar como se transforma la geografía política estatal hacia el 2022.