Alberto Witvrun.-Era impensable en diciembre cuando arrancó el proceso electoral que Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) estuviera contra la pared, todo era miel sobre hojuelas pese a las pugnas internas y a la intentona del Clan Universitario de Gerardo Sosa Castelán de repetirles la dosis a los fundadores y apoderarse de la mayoría de las candidaturas a presidentes municipales.
Ni la crisis financiera que ya se asomaba alteraban las tendencias, esta circunstancia desató una encarnizada lucha por las candidaturas, pero la dirigencia confiaba en que el 7 de junio se repetiría el fenómeno de 2018, es decir que no importaría quien fuera postulado, Morena ganaría por el inercia lópezobradorista, pero la emergencia sanitaria provocada por el Covid-19, alteró escenarios.
En la última encuesta la popularidad del presidente Andrés Manuel López Obrador, cayó hasta el 44 por ciento, el confinamiento ha provocado que 12 millones de personas se hayan quedado sin empleo o bien sin ingreso alguno, los trabajadores del sector Salud, están que trinan, la caída del Producto Interno Bruto (PIB) alcanzará se dice hasta – 9 por ciento, las inversiones no llegan y se siguen abriendo frentes de confrontación todos los días.
Las mujeres tienen presente que el mandatario fue contra sus exigencias y descalificó su movilización, así que las tendencias han cambiado en los últimos seis meses y a eso se agrega la equivocada estrategia para el proceso interno de Morena, que provocó en muchos casos que sus aspirantes mejor posicionados estén buscando otras opciones para ser postulados.
Por eso ya hay voces de Morena, que piden a las autoridades electorales que se posponga aún más el proceso para renovar los 84 ayuntamientos, porque de llevarse a cabo en agosto, pueden registrarse muchos resultados adversos para el partido fundado por López Obrador, así que para el resto de los partidos, lo mejor es que este año sean las elecciones porque las posibilidades de alcanzar un mayor número de resultados positivos crece.