Alberto Witvrun.- Se levantan las voces discordantes en Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en Hidalgo, quejas, señalamientos y reproches aparecen en reuniones y mentideros políticos,
aunque no todas tienen la autoridad moral como para representar a la militancia, porque
no hay trabajo ni historia de lucha que les respalde, como sea el dejar fluir las
inconformidades permiten a la jefatura política una evaluación cercana a la realidad de lo
que sucede en este instituto político.
Así se establecerán mesas de dialogo donde hasta donde se sabe no habrá cortapisas, lo
cierto es muchos dejaron de hacer, después de aparecerse oportunistamente en el
proceso interno para postular candidatos en 2024 y al no verse favorecidos, llegaron
incluso a apoyar con razón o sin ella otras opciones y, ahora regresan enardecidos a pedir
la dimisión de la dirigencia estatal.
Lo hay también como el caso Tula, donde la izquierda tradicional se reagrupa para dar la
pelea por los principios que han perseguido desde hace más de cuatro décadas como una
corriente ideológica y de expresión no de grupo o tribu como sucedió al interior del
Partido de la Revolución Democrática (PRD) del que formaron parte como un alto
porcentaje del morenismo.
En los dos casos y otros que aparecerán en los próximos, la dirigencia de Marco Antonio
Rico Mercado, debe poner atención, darles la relevancia que tienen y tomar los aportes
para crear un verdadero partido político que pueda enfrentar los siguientes procesos
electorales y mantener resultados positivos aún los malos gobiernos en una veintena de
municipios muchos estratégicos.
Aparecer en una reunión para descalificar, sin proponer no les ayuda, más cuando la
nueva oposición observa trabajo y crecimiento, con el objetivo de crecer y consolidarse en
las elecciones de 2027 y 2028, la primera estratégica porque definirá la fuerza real de
todos los partidos y definirá perfiles para 2028 y 2030, si es no hay otra reforma electoral,
que cambien las reglas del juego.
