Alberto Witvrun.- Movimiento Ciudadano (MC) en Hidalgo pasó de 33 mil votos en 2022 a 135 mil en 2024
conquistando dos diputaciones locales y tres ayuntamientos, lo que en un análisis no se
debe a una conducción adecuada de la dirigencia estatal, fue la suma de factores externos
y de las individualidades que se incorporaron en esas elecciones con la resistencia de los
personajes que usufructúan a este instituto político después de que dejó de ser utilizado
por el Clan Sosa Castelán a finales de 2017.
Hubo personajes como la candidata al Senado de la República, Adriana Flores Torres que
tras su salida del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en donde la cofradía de
Carolina Viggiano Austria le cerró el paso, aceptó la postulación de MC vía la ex
gobernadora de Yucatán Ivonne Ortega Pacheco y realizó una campaña que sumó votos al
movimiento naranja.
Otro fue Guillermo Peredo Montes cuya cercanía con el ex presidente municipal de
Monterrey el senador Luis Donaldo Colosio Rioja, lo incorporó primero a la Fundación
Lázaro Cárdenas del Río y posteriormente como candidato a diputado federal, llevando
también votos a las urnas, cuya llegada tampoco agradó a Pablo Arturo Gómez López y a
Juna Ignacio Samperio Montaño que tienen el control burocrático del partido.
Y a quienes tampoco se les puede adjudicar los triunfos en Cardonal, Huehuetla y San
Agustín Tlaxiaca, donde la presidenta y los presidentes municipales obedecen a intereses
locales que utilizaron el logotipo, pero que no cargan una agenda partidista y no atienden
a sus dirigentes estatales, a quienes en realidad tampoco les interesa mientras ellos
administren las millonarias prerrogativas.
El problema serio que enfrenta MC es el desencanto de quienes en Hidalgo la creyeron
como una opción política viable y ahora voltean a otros partidos políticos cuyas dirigencias
realizan trabajo de tierra e intensificaron su activismo luego del resultado de junio de
2024, así que nadie se sorprenda si no hay una sacudida que venga de la dirigencia
nacional que la mayoría del capital político reunido termine en el cesto de otros partidos
políticos.
