Terminó la ilusión de los Tuzos y seguidores, después de ser eliminados por el Tigre, por mejor posición de este en la tabla del torneo regular Clausura 2019. Doloroso, sí, pero no frustrante, sólo una realidad.
Lo mejor de esta temporada, que el equipo retornó a una liguilla después de cuatro torneos cortos, cumpliendo así con el primer objetivo de la directiva, de la afición y jugadores; el técnico (recién contratado), obvio que llegó con esa condición, pero nada más.
Para ello, la directiva hizo una de las mejores inversiones recientemente, contratando refuerzos de primer nivel, que correspondieron de alguna manera, manteniendo la base, con Franco Jara, convertido en el mejor jugador y compañía.
Lamentablemente, ya en la liguilla, el artillero sufrió una lesión muscular que lo dejó fuera de circulación, dejando un importante hueco en el ataque, difícil de cubrir y como quiera que sea, también fue un golpe moral.
También debemos decir y reconocer, que en la liguilla se mantienen los equipos con mejores planteles, con mejor trayectoria en los últimos torneos, contra quienes, el Pachuca llevaba cierta desventaja.
En términos generales, los verdaderos aficionados de los Tuzos entendieron esta situación y valoraron lo hecho por la institución, porque cumplieron con las expectativas iniciales, que deben ser una experiencia más y un bálsamo para preparar el próximo campeonato.
La fiesta grande sigue, el espectáculo también, y de momento queda terminar de ver el final y conocer el nuevo campeón del futbol mexicano, así como hacer una valoración de lo hecho y de lo que se pretende para el futuro.