Witvrun Alberto .-La fórmula de Erika Rodríguez Hernández y Julio Valera Piedras despertó dudas cuando fue ratificada para mantenerse al frente del Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI) de la presidenta se especuló que llegaba como parte de una negociación en la que estaba involucrado el desacreditado Consejo Supremo Hñahñu (CSH) y del secretario general que era un acuerdo cupular entre dos personajes centrales de la política estatal.
Los resultados del 2018, generaron un panorama más que desalentador para el priismo nacional y no se diga en Hidalgo, donde las coyunturas y el oportunismo sumados a la habilidad del jefe del Clan Universitario complicaron incluso el principio de gobernabilidad al llegar al Congreso local 9 integrantes de este grupo con el único afán de agudizar la confrontación con el gobernador e impulsar el proyecto personal de Gerardo Sosa Castelán.
Perder todas las diputaciones federales y 17 de las 18 locales de representación proporcional con Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) planteaban un panorama desolador para el priismo y, se aseguraba que era el primer paso para la alternancia en el gobierno estatal en 2022; el segundo era una victoria morenista en por lo menos 60 de los 84 municipios en 2020.
No hubo más que trabajar para aminorar este catastrófico escenario, nadie imaginaba que los conflictos internos, más el desgaste como gobierno, sumado a la crisis económica agravada por la emergencia sanitaria cambiarían los escenarios en la política hidalguense, lo que fue bien aprovechado con una estrategia bien diseñada y mejor aplicada desde el edificio del boulevard Luis Donado Colosio.
Sin estridencias la fórmula de las dudas ofreció resultados, el jefe del priismo hizo su parte, la operación de primer nivel también rindió frutos, el mejor ejemplo de ello fue Pachuca, donde el triunfo priista no fue tan sorpresivo porque en el periodo de campaña se apreció el desplome de Morena, cuyo candidato solo alcanzó a decirse víctima de un fraude que no pudo comprobar.
Así el PRI, se levantó con 32 victorias que le permiten gobernar en la instancia municipal a más del 62 por ciento de los hidalguenses y a tener una tendencia ganadora en 14 distritos locales y seis distritos federales electorales, lo que bien manejado con los perfiles adecuados cambiarán la conformación del Congreso local y contribuirán al propósito de hacer lo mismo en San Lázaro.