Este viernes, en el Congreso del estado, autoridades locales y federales sostuvieron una reunión con campesinos de los distritos de riego 003 de Tula y 100 de Alfajayucan para tratar problemáticas referentes a la operación de la Planta Tratadora de Aguas Residuales de Atotonilco (PTAR).
Durante el encuentro los labriegos demandaron el cierre del complejo de tratamiento, por considerar que causa prejuicios a la producción agrícola, ya que, en los procesos de la planta quitan la materia orgánica al agua negra, pero no los metales pesados, que son los que realmente dañan a la población, explicaron.
Por ello, exigieron garantizar el abasto y suficiencia de líquidos residuales ante la inminente llegada del ciclo de cultivos.
Advirtieron que en caso de no encontrar respuesta con este encuentro, acudirán a palacio nacional para realizar un plantón permanente a fin de ser escuchados por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Bajo este escenario, Abraham Mendoza, delegado en Hidalgo del gobierno federal y la legisladora Simey Olvera adelantaron que sostendrán una reunión con la directora de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Blanca Jiménez Cisneros, para revisar el tema y encontrarle una salida viable.
En la mesa de trabajo también participaron las y los legisladores locales de Morena Lisset Marcelino Tovar, Lucero Ambrocio Cruz, Humberto Veras Godoy y Ricardo Baptista González, coordinador legislativo de Morena, así como representantes de la delegación de Conagua.
Cabe recordar que la demanda del cierre total de la PTAR surgió hace más de cuatro años, momento en que se dieron a conocer las primeras inconformidades relacionadas con los metales pesados y pocos nutrientes que quedaban a los líquidos después del tratamiento. No obstante, desde hace siete años, pobladores de San José Acoculco culparon a la operación de la planta como la causa de padecimientos de la vista, gastrointestinales, respiratorios y hasta cancerígenos.
En noviembre pasado hubo un par de manifestaciones multitudinarias de campesinos de los propios distritos 003 y 100 afuera de las instalaciones de la tratadora, que derivaron en el paro de labores, y advirtieron que el primero de diciembre la clausurarían de forma definitiva, lo cual finalmente no ocurrió.
Por Miguel Á. Martínez